Beato Francisco Monzón Romeo

Date: 
Sábado, Agosto 28, 2021
Clase: 
Beato

Un ideal apostólico, a punto de abrirse a la vida, tron­chado por una descarga mortal. El joven P. Monzón, de ilusión misionero, y como lema, cumplir la voluntad de Dios. Dios en cambio lo quiso para mártir. Una vida de 24 años, forjada en el seno de una familia cristiana y madura­da en la ascética de la vida conventual adquirió el grado de madurez necesaria, y fue trasplantada al reino de lo eterno. En Híjar (Teruel), el 29 de marzo de 1912, nace. Llegado a la adolescencia, 1925, ingresa en la Escuela Apostólica de Calanda. Toma el hábito en Valencia el 3 de octubre de 1928. Estudia teología en Valencia y en Salamanca donde es ordenado sacerdote el 3 de mayo de 1936.

Estando de vacaciones en compañía de sus padres y hermanos le sorprende la persecución antirreligiosa. Vaga por los campos de su pueblo y un hermano suyo de 13 años, Miguel (más tarde P. Miguel Monzón) le lleva leche caliente todos los días.

Llega el 24 de agosto y un grupo de milicianos se presenta en casa de sus padres y apuntando uno de ellos con el fusil a su madre, decía: "diga usted dónde está su hijo, o le disparo". La madre no dijo nada. Horas después vuelven a la carga ante sus padres asegurándoles que a su hijo, si se entregaba, no le pasaría nada. Su padre les acompaña a buscarlo y... le apresan. Hacia las seis y media de la tarde del 29 de agosto le invitan a dar un paseo en coche y llegados a la altura del campo de fútbol se paran y mientras desciende le disparan varias veces en la sien.

Su muerte, posiblemente intuida, le movió a prepararse santamente. Ni se arriesgó, ni se acobardó, esperó la hora de Dios. Días y noches escondido en campo abierto, días recluido en la cárcel, con muchas horas de meditación, fue­ron el oportuno preludio martirial. Dios rubricó el sacrifi­cio de su siervo, señalando con un arco de potente luz el lugar de su sacrificio a devotos amigos que lo buscaban.

Los familiares del Padre quieren recuperar el cadáver pero no se lo permitieron. Lo entierran en una fosa común. Actualmente sus restos están en Zaragoza.

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