Algunas ideas sobre la actualización de nuestro Plan de Pastoral

El Beato Juan Pablo II invitó a las Iglesias particulares a emprender una programación pastoral eficaz (Cfr. NMI. 3), que centrada en Cristo formule opciones pastorales a las Iglesias diocesanas, donde se puedan establecer las indicaciones programáticas concretas, los objetivos, los métodos y los medios necesarios (Cfr. Idem. 29). Con la finalidad de cumplir la misión que Cristo les encomendó: enseñar a todas las gentes y predicar el Evangelio a toda creatura, para que todos los hombres obtengan la salvación por medio de la fe en Cristo (Mt. 28, 18). Esta actualización de nuestro plan de pastoral de conjunto compete a todos los sacerdotes, diáconos, consagrados (as) y los laicos, en comunión efectiva y real con el pastor diocesano, en cuanto sucesor de los apóstoles (Cfr. EiA. 36).

Por consiguiente, la actualización de nuestro plan orgánico de pastoral, es el fruto del esfuerzo de todos los agentes de pastoral, que de una manera protagónica nos pide que lo hagamos realidad. Este nuevo plan de pastoral nos invita a todos: sacerdotes, religiosos(as), diáconos, seminaristas y la gran riqueza de hermanos laicos que el Señor nos ha dado, a involucrarnos para crecer en la comunión, siendo corresponsables en su ejecución, articulando un trabajo de conjunto en los grupos y estructuras pastorales existentes en nuestras parroquias, decanatos y diócesis, a fin de que nos ayude a responder a los retos y desafíos que nos presenta el mundo y la diócesis en que vivimos y, así podamos todos continuar dando vida a nuestra Iglesia diocesana.

Por tal motivo, propongo esta visión inicial, que señalaría algunos derroteros donde caminaría nuestro posible plan de pastoral, teniendo como eje transversal la vivencia, la celebración y la puesta en práctica de nuestra fe. Visión que pide urgentemente ser enriquecida, complementada, concretizada por las valiosas aportaciones y experiencias de todos los pastores de esta Iglesia diocesana, de la riqueza de vida interior de los religiosos y religiosas, de los seminaristas y de los laicos que son los que nutren, los que viven y dan vida a nuestra Iglesia.

LINEAS ORIENTATIVAS SOBRE LA REALIZACION DE NUESTRO PLAN DE PASTORAL DIOCESANO.

Nuestro Plan Orgánico de Pastoral estaría estructurado en base a tres momentos importantes del proceso de planeación:
- MARCO REFERENCIAL
- MARCO OPERACIONAL
- MARCO ORGANIZATIVO

I.- El marco referencial tendría:

1) Marco de la realidad: vivencia y testimonio de nuestra fe: en el cual profundizaremos los aspectos más desafiantes de nuestra realidad social y de nuestra realidad eclesial.

2) Marco teológico: celebración de nuestra fe: desde el proyecto de Dios buscaremos iluminar y dinamizar nuestras celebraciones de fe para transformarlas y vivificarlas, y así responder a los diferentes desafíos: La comunión, la construcción de la paz y la reconciliación en nuestra Diócesis, estado y nación.

3) Diagnóstico pastoral: campo concreto de aplicación de nuestra fe: enfrentaremos las opciones pastorales, ya iniciadas y avanzadas en nuestra Misión Permanente: LA FAMILIA, LOS JOVENES, LA EDUCACION Y LA COMUNION DE TODOS LOS AGENTES DE PASTORAL. Aquí buscaremos reactivar y vivificar: las personas, las estructuras y nuestra manera de hacer pastoral, con la finalidad de vivir responsablemente nuestro compromiso de discípulos misioneros en el mundo de hoy.

II.- El marco operativo tendría:

1) Nuestro objetivo general.
2) Las 4 opciones pastorales con sus respectivos objetivos concretos, programas y recursos.

III.- El marco organizativo tendría:

1) Organigrama
2) Cronograma
3) Método evaluativo.

Este Plan nos ofrecería la oportunidad para que la Iglesia de Cristo que peregrina en Ciudad Obregón, renueve su vida eclesial, discierna y responda a los signos de los tiempos actuales, vivificados por nuestras opciones pastorales. En nuestro Plan, el Señor de nuestra historia, nos invita con responsabilidad a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión autentica el presente y a abrirnos, en la paz, en la reconciliación y en la justicia, con esperanza hacia el futuro.

En los próximos artículos enriqueceré cada uno de los marcos pastorales aquí propuestos.

† Felipe Padilla Cardona.