San Andrés Kim Taegon

Date: 
Viernes, Septiembre 17, 2021
Clase: 
Santo

Los laicos llevaron la fe católica a Corea al final del siglo XVI. La evangelización era muy dificil porque Corea se mantenía aislada del mundo, excepto por los viajes a Pekín para pagar impuestos. En uno de esos viajes, hacia el año 1777, algunos coreanos cultos obtuvieron literatura de los padres jesuitas en China. Comenzaron una igleisa doméstica en Corea. Doce años después, un sacerdote chino fue el primer sacerdote que logró entrar secretamente en Corea. Encontró allí 4000 católicos. Ellos nunca habían visto un sacerdote. Siete años mas tarde, en medio de gran persecusión, habían 10,000 católicos.
 
San Andrés Kim Taegon es hijo de nobles coreanos conversos. Su padre, Ignacio Kim, fue martirizado en la persecusión del año 1839 (fue beatificado en 1925 con su hijo).
 
Andrés fue bautizado a los 15 años de edad. Después viajó 1,300 millas hasta el seminario mas cercano, en Macao, China. Seis años después se las arregló para volver a sus país a través de Manchuria. Ese mismo año cruzó el Mar Amarillo y fue ordenado sacerdote en Shangai. Era el primer sacerdote nacido en Corea.

Regresó a Corea y se le asignó preparar el camino para la entrada de misioneros por el mar, para evitar los guardias de la frontera. En 1846 fue arrestado, torturado y decapitado junto al Rios Han, cerca de Seoul, Corea. Tenía 25 años.
 
Hubieron varios miles de mártires coreanos en esa época. En 1883 llegó la libertad religiosa.
 
Beatificado en 1925
Canonizado el 6 de Mayo de 1984 por Juan Pablo II en su visita a Corea, junto con 102 otros mártires, incluyendo el seminarista Pablo Chong Hasang. La mayoría de los mártires canonizados eran laicos. La multitud en la misa de canonización fue una de las mas grandes que jamás se han reunido en la faz de la tierra.
 
Juan Pablo II en la canonización: "La Iglesia coreana es única porque fue fundada completamente por laicos. Esta Iglesia incipiente, tan joven y sin embargo tan fuerte en la fe, soportó hola tras hola de feroz persecusión. De manera que en menos de un siglo podía gloriarse de tener 10,000 mártires. La muerte de estos mártires fue la levadura de la Iglesia y llevó al espléndido florecimiento actual de la Iglesia coreana. Todavía hoy, el espíritu inmortal de los mártires sostiene a los cristianos de la Iglesia del silencio en el norte de esta tierra trágicamente dividida"  (Traducción no oficial del inglés por el P. Jordi Rivero).

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