Santa Emma

Date: 
Martes, Junio 29, 2021

LA PEQUEÑA ciudad austríaca de Gurk, en la Carintía, que dio su título a un arzobispo, tuvo su origen en un doble monasterio y una iglesia fundados por Emma o Hemma, a mediados del siglo once. Por parte de su madre, Emma estaba emparentada con el emperador San Enrique, en cuya corte se educó bajo la tutela de Santa Cunegunda. Más tarde, se casó con Guillermo, el landgrave de Friesach, y la unión fue muy feliz. La pareja tuvo dos hijos, Guillermo y Hartwig; cuando crecieron, el landgrave los puso a cargo de la administración de las minas que eran base de su fortuna. Los mineros eran hombres rudos, violentos y pendencieros, y los jóvenes hermanos se veían en dificultades para gobernarlos, a no ser que recurriesen a castigos muy severos. Cierta vez en que el conde Guillermo mandó que fuese ahorcado un minero, los compañeros del ajusticiado se rebelaron y, en un motín tumultuoso, asesinaron a los dos hermanos.

La trágica noticia llegó al castillo y, mientras Emma se abandonaba a su profundo dolor, el landgrave enfurecido lanzó improperios a diestra y siniestra y juró que mataría a todos los rebeldes con sus mujeres y sus hijos. Sin embargo, los consejos de sus amigos le calmaron y desistió de su venganza. Emma recurrió al auxilio de Dios con sus fervientes plegarias y logró que su marido perdonase a todos los rebeldes, a excepción de los dos que habían cometido los asesinatos. Entonces, el landgrave emprendió una peregrinación a Roma, por consejo de Emma; pero en el camino de regreso contrajo una enfermedad y murió, a corta distancia de su castillo. Ya sin esposo y sin hijos, la desventurada Emma entregó sus bienes y el resto de su vida al servicio de Dios y del prójimo. A más de prodigar las limosnas entre los pobres, fundó varias casas religiosas, de las cuales, la principal, fue el monasterio antes mencionado. Se hallaba en los terrenos que eran propiedad de la viuda del landgrave, y el castillo de Gurkhofen formaba parte del edificio de la comunidad. En los dos establecimientos separados por completo se hicieron las instalaciones necesarias para acomodar a veinte monjes y setenta monjas. Las dos comunidades se turnaban para la luus perennis* Se dice que la propia Santa Emma recibió el velo en Gurk. Murió alrededor del año 1045 y fue sepultada en la iglesia de Gurk.

No obstante que se sabe a ciencia cierta que fundó el monasterio de Gurk, la existencia de Santa Emma parece haber sido diferente a como se relata en la narración. Era ella la que pertenecía a la familia Friesach y, al quedar viuda del conde Guillermo de Sanngau, en 1015, conservó junto a sí a su hijo. Veinte años después, éste fue muerto en el campo de batalla, y entonces Emma inició sus obras de caridad y sus beneficios a la religión. El antiguo culto por la condesa Emma fue confirmado por la Santa Sede en 1938. En la lista de la Sagrada Congregación de Ritos se le califica de beata, pero generalmente se la llama santa.

Alban Butler - Vida de los Santos