Santos Bonoso y Maximiano

Date: 
Sábado, Agosto 21, 2021

EL EMPERADOR Juliano el Apóstata mandó borrar de los estandartes del ejército el emblema de la cruz y el monograma del nombre de Jesús que Constantino había hecho colocar. En la cohorte hercúlea de Antioquía había dos oficiales cristianos, llamados Bonoso y Maximiano, quienes se negaron a cambiar los emblemas del estandarte. El conde Juliano, tío del emperador, les ordenó que diesen al ejército el estandarte que el emperador había dispuesto y que adorasen a los dioses de Juliano el Apóstata. Bonoso respondió: "No nos es lícito adorar a dioses hechos por mano de hombres" y se mantuvo en su negativa. Entonces, el conde mandó que se le atase y se le propinasen 300 azotes. Bonoso soportó sonriente la tortura y no respondió cuando Juliano le preguntó si estaba dispuesto a obedecer. Entonces, el conde se volvió hacia Maximiano, quien le dijo: "Haz primero que tus dioses te escuchen y te hablen y entonces los adoraremos". Juliano mandó que los dos rebeldes fuesen torturados en el potro. Como les preguntase nuevamente si estaban dispuestos a obedecer, los mártires respondieron: "En este punto no podemos obedecer al emperador, pues tenemos presente al Dios invisible en el que hemos puesto toda nuestra confianza". El conde Juliano volvió a amenazar a los mártires en otros dos interrogatorios; pero ellos respondieron que eran cristianos y seguirían siéndolo. Juliano tenía intenciones de torturarlos una vez más; pero el prefecto Segundo, que era también pagano, juzgó que era una crueldad inútil. Así pues, Juliano condenó a los dos cristianos a morir por la espada.

En la narración del juicio y el martirio de los dos soldados hay un relato de los últimos días de Juliano el Apóstata, que es manifiestamente falso. Se dice que el emperador sufría de una enfermedad increíblemente repugnante. Su esposa le dijo que lo tenía bien merecido y le exhortó a llevar con paciencia ese castigo del Señor Juliano murió en medio de atroces dolores, pero invocando el nombre de Dios. Alban Butler aprovechaba la oportunidad para disertar sobre la muerte del pecador. Nosotros preferimos omitir esa parte de su artículo, así como lo referente al emperador Juliano.

Alban Butler - Vida de los Santos