Santos Galación y Epistema

Date: 
Viernes, Noviembre 5, 2021

Es DESCONCERTANTE observar que los padres de Galación se llamaban Clitofón y Leucipa, pues ello demuestra que la leyenda de Galación y Epistema no es mas que una continuación cristiana de la novela de Tacio. Desgraciadamente, cardenal Baronio siguió el ejemplo de la Iglesia de oriente e introdujo sus nombres en el Martirologio Romano. Por ello no está de más que tratemos evemente el asunto. Clitofón y Leucipa, que vivían en Emesa de Siria, sufrian mucho por no haber tenido hijos. Leucipa prestó amablemente auxilio a un ermitaño cristiano llamado Onofrio y le ocultó de los perseguidores. En Premio, recibió la gracia de la fe. Dios respondió a sus oraciones y le permitío que concibiese, con lo cual Clitofón se convirtió también. Como el hijo que nació tenía la tez blanca como la leche, le dieron por nombre Galación (Galakteon). Con el tiempo, Galación se convirtió en un joven muy apuesto y bien dotado. Su padre le casó con una bella pagana llamada Epistema ("Conocimiento"). Como Clitofón era muy conocido por sus aventuras amorosas, el continuador de la novela de Tacio hace de su hijo un héroe de la virginidad escogida por amor a Dios. Después de contraer matrimonio, Galación dijo a Epistema que quería vivir en estado de virginidad. La joven, a quien tal cosa pareció sumamente extraña y desagradable, hizo cuanto pudo por disuadirle. Naturalmente, fracasó en la empresa. Galación le explicó entonces los misterios de la religión, y Epistema consintió en recibir el bautismo de sus manos. En seguida, vendieron todos sus bienes, repartieron el producto entre los pobres y Galación se retiró a la ermita de Publión, en el desierto del Sinaí, en tanto que Epistema ingresó en una comunidad de vírgenes consagradas. Tres años después, Galación fue arrestado y compareció ante el magistrado de Emesa. Cuando Epistema lo supo, se entregó a las autoridades para sufrir con su esposo. Los guardias le arrancaron los vestidos para avergonzarla, pero los cincuenta y tres oficiales que se hallaban presentes quedaron ciegos. Los dos esposos fueron golpeados y torturados, se les arrancó la lengua, se les cortaron los pies y, finalmente, murieron decapitados.

Alban Butler - Vida de los Santos