Formación en la fe

de Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey

Desde el momento en que somos bautizados, los cristianos recibimos la gracia y el privilegio invaluable de ser hijos de Dios. Este don, debe ser fortalecido a lo largo de la vida, siendo los papás los primeros responsables en el crecimiento de la fe de todo bautizado, sobre todo al bautizar a sus hijos desde pequeños, ellos, junto a los padrinos, deben esmerarse para que la formación sea continua y conforme a la invitación de la Iglesia.

Lamentablemente, el ritmo de vida de la sociedad actual, hace que, en algunas ocasiones, se busque que esta formación sea vista solo como un mero requisito para la recepción de alguno de los sacramentos, y no como lo que realmente es: la oportunidad de profundizar y reflexionar en la fe que se profesa.

Por lo que hago una cordial invitación a todos los fieles para que no se demerite la formación catequética cristiana bajo ninguna circunstancia. Les pido que nos esforcemos para darnos el tiempo que sea necesario y no busquemos “cursos exprés” en los que se recibe solo la información, pero difícilmente podrán ser una verdadera formación en la fe.

Es importante procurar una formación catequética que nos disponga a vivir en un continuo crecimiento cristiano, que nos motive a ser auténticos testigos de Cristo en todos los ambientes de la vida, siendo así continuadores de la obra de amor que Él nos invita a vivir.

Procuremos que esta formación sea recibida, especialmente, en nuestras comunidades parroquiales, centros de evangelización por excelencia para la vida comunitaria, o bien en los centros educativos que, en comunión con la pastoral catequética de la Arquidiócesis, siguen los criterios de formación establecidos.

Recordemos que la mejor inversión que los cristianos podemos hacer es aquella que nos formará para vivir no solo para cumplir.