El Bautismo del Señor, ciclo C

Papa: 
Francisco

Cuarenta días después del nacimiento, Jesús fue llevado al templo. María y José lo llevaron para presentárselo a Dios. Hoy, en la fiesta del Bautismo del Señor, ustedes padres llevan a sus hijos para recibir el Bautismo, para recibir eso que han pedido al inicio cuando yo les he hecho la primera pregunta: la fe. “Yo quiero para mi hijo la fe”. Y así la fe se transmite de una generación a otra, como una cadena a largo tiempo.

Estos niños, estas niñas, pasados los años, ocuparán su lugar con otros hijos –sus nietos- y pedirán los mismo: la fe; la fe que nos da el Bautismo; la fe que lleva el Espíritu Santo hoy en el corazón, en el alma, en la vida de estos hijos, suyos. Ustedes han pedido la fe. La Iglesia cuando les dará la vela encendida, les pedirá custodiar la fe en estos niños. Y al final no olviden que la herencia más grande que ustedes pueden dar a sus hijos es la fe, busquen que no se pierda, háganla crecer y dejarla como herencia.

Les deseo este día, a ustedes, que es un día alegre para ustedes: les deseo que sean capaces de hacer crecer a estos niños en la fe, y que la herencia más grande que ellos recibirán de ustedes sea justamente la fe.

Y les digo solo, cuando un niño llora porque tiene hambre, a las mamás las digo: “Si tu niño tiene hambre, dale de comer aquí con toda libertad”.

Hermanos y hermanas elevemos al Padre, origen de fuente de la vida, nuestra súplica por estos niños, llamados a la adopción filial en Cristo Jesús, por sus padres, los padrinos y las madrinas y por todos los bautizados.

(MZ-RV)