Tiempo ordinario: prolongación de la Navidad

de Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Acapulco

10 de Enero de 2016

Les saludo a todos con mucho cariño, en Cristo, nuestra Paz. Al iniciar el año 2016, pido a Dios para todos, un año lleno de bendiciones y de prosperidad, en el que más allá de las adversidades, vean realizados todos sus sueños y aspiraciones, implorando para quienes nada tienen, la Misericordia de Dios, que se expresara en la generosidad y solidaridad de cada uno de los creyentes.

TIEMPO ORDINARIO: PROLONGACION DE LA NAVIDAD

El Tiempo de Navidad que estamos culminando, implica el Nacimiento del Señor, así como la Maternidad de María celebrada en la Octava de Navidad, la Sagrada Familia, que se celebra el domingo intermedio de la octava, así como la Epifanía o Manifestación del Señor y finalmente, su Bautismo, que vincula la Navidad con el Tiempo Ordinario, de manera que todo lo que se vive en la intensidad de la Navidad empieza a desarrollarse y comprenderse poco a poco y mejor en la Misión y la Vida Pública de Jesús, que la Iglesia celebra propiamente en el tiempo ordinario.

Todo el Año Litúrgico, particularmente los tiempos fuertes, es el itinerario como la Iglesia nos da el acompañamiento a través de la celebración de la fe para que demos nuestra respuesta de fe y nos vayamos adentrando en nuestro camino de formación y crecimiento espiritual, es además una oportunidad para impulsar el seguimiento de Cristo y continuar nuestro compromiso de evangelizar, construyendo la Paz.

Que durante este Tiempo Ordinario contemplemos el Rostro Misericordioso del Padre, que es Jesús mismo, para que sepamos hacer llegar la misericordia de Dios a nuestros hermanos, sobre todo a quienes sufren y son víctimas de la violencia.

Invito a todos para que juntos recorramos este camino de fe, esperanza y caridad y nos encontremos con Cristo, el Señor, disfrutando así de la Misericordia del Padre y haciéndola sentir a cada uno de nuestros hermanos, amigos y parientes.

EL INICIO DEL AÑO: OPORTUNIDAD PARA SEGUIR CRECIENDO EN NUESTRA VIDA

Con el inicio del Año, aflora en nosotros el deseo de superarnos, de seguir creciendo en nuestra familia y trabajo, y de ser cada vez mejores. Ser mejor implica dedicación, esfuerzo y sacrificio. Aprovechemos este Año 2016 que nos trae muchos retos y momentos de prueba, pero también de alegrías y satisfacciones.

Cada vez nos acercamos más a la fecha en que Su Santidad Francisco visitará nuestro País. Preparémonos a la visita del Papa asumiendo en Acapulco nuestras responsabilidades y las implicaciones que pueda tener nuestro compromiso de seguir construyendo la Paz, y de vivir lo propio del Año de la Misericordia.

Invito a todos para que hagamos un proyecto de vida en el que manifestemos el empeño de ser misericordiosos en la vida, en la familia, en el trabajo, en los lugares de diversión, en las circunstancias especiales de emergencia, con las personas víctimas de la violencia, los enfermos, los ancianitos, los que tienen una limitación física, que el objetivo principal de nuestro proyecto sea practicar las obras espirituales y corporales de misericordia.

La próxima visita del Papa Francisco a México, es una oportunidad para que todos nos fortalezcamos en la fe, la esperanza y la caridad. Así como de que renovemos esfuerzos en nuestra misión evangelizadora y sigamos respondiendo a los grandes desafíos que presenta nuestra realidad. El Papa representa esperanza, respiro y tranquilidad para todos los que sufren a causa de la violencia y desesperanza.

Que durante este tiempo de preparación a la Visita del Papa estemos atentos a colaborar generosamente con la Iglesia, principalmente con nuestra oración y en todo lo que se requiera, para que su Visita dé grandes frutos para la evangelización y La Paz en nuestro querido México.

Con mi oración, cariño y bendición.

En Cristo, nuestra Paz