Comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano sobre la Educación en México

COMUNICADO DE LA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO
SOBRE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO.

Con ánimo solidario y el afán de buscar caminos de esperanza y diálogo, ofrecemos nuestra palabra en relación a la educación en nuestro País.

1.- El tema de la educación, pero sobre todo la forma concreta en que se desarrolla en cada lugar y región, deben ser el centro, orientación y fin de la vida en sociedad. No hay nada más importante que ayudar a todo ser humano a encontrar caminos de crecimiento, mayor conciencia de sí, de entender su corresponsabilidad frente a su sociedad y ambiente natural, así como a la posibilidad de vivir en una visión trascendente a través de la promoción del bien común, la belleza y la verdad. Todo esto implica aprender a ser persona.

2.- Consideramos que todos debemos revisar nuestra idea de educación. Esta actividad humana fundamental no se encierra en las escuelas, sino que se extiende a la familia, ya que los papás son los primeros responsables de sus hijos. Más aún son muy variados los espacios sociales de educación no formal: los centros de arte y deporte, museos y centros de cultura, los medios de comunicación, distintos grupos de adolescentes y jóvenes, las iglesias, entre muchos otros espacios de convivencia. Por otro lado, no sólo debemos enfocarnos a la educación de la inteligencia, a través de conocimientos e información, sino también se deben formar los afectos, los impulsos y pasiones, la memoria, la imaginación… Por otro lado reconocemos el gran valor de la técnica, sin embargo afirmamos que no puede estar desligada de una sólida concepción del mundo, de la misma persona humana, de su historia y la sociedad que le rodea. En síntesis, estamos llamados a educar la unidad humana conformada por cuerpo y espíritu; reflexión y acción; naturaleza y cultura; pasado, presente y futuro, de acuerdo a la realidad compleja de cada ser humano, con todas sus virtudes, condicionamientos y potencialidades.

3.- Es muy importante que la sociedad y el gobierno apoyen a todos los que tienen la misión de educar –insistimos, no sólo a los maestros sino también a los padres de familia, los abuelos, múltiples entrenadores y personas a cargo de niños, jóvenes y adultos–, para que tomemos mayor conciencia de la gran responsabilidad educativa que tenemos frente a toda persona, conforme a nuestra realidad histórica.

4.- El ser humano no está acabado, requiere siempre adecuarse y encontrar sentido a cada etapa de su vida. Lo anterior requiere de un contexto social que lo beneficie y promueva, en cada una de las facetas de su existencia y en sus múltiples ámbitos de relación, considerando por supuesto los avances, desafíos y nuevos escenarios.

5.- Consideramos urgente reforzar la gran misión de la escuela. Ésta es una comunidad formada por directivos, maestros, padres de familia y estudiantes. Solo con la aportación virtuosa de todos puede darse a cada comunidad educativa un impulso vivificante que construya una nueva sociedad, una nueva cultura. Todo maestro tiene en sus manos la ocasión y la oportunidad de ayudar, diariamente, a un ser humano para llegar a ser una mejor persona. Sin embargo es urgente reconocer que todo alumno viene y regresa a la convivencia de una familia que debe vertebrar actitudes fundamentales de respeto, ánimo y vigor para aprender y convivir de una manera digna y humana. Todo proceso educativo requiere el diálogo con los demás. El encuentro para descubrir, comprender y conocer la realidad es una de las experiencias humanas más bellas que podemos vivir. Es vital estructurar una relación ordenada y de servicio entre maestros y padres de familia, así como entre la escuela y la sociedad. Particularmente creemos que es muy importante el diálogo para promover, regular y dar contenidos más sólidos en las escuelas normales del País.

6.- Es fundamental que coadyuvemos para que todos tengan mejores condiciones de trabajo. Sin embargo, llamamos a todos los docentes para que defiendan el ejercicio de su vocación, ante cualquier otro valor o interés. Las luchas sindicales y gremiales deben encontrar caminos mucho más creativos y propositivos. Dejar a un niño sin clases es un gran contrasentido. Es urgente utilizar la pedagogía de la compasión, que parte de la comprensión y promoción del otro, para resolver conflictos o adversidades.

7.- Reconocemos que la Reforma Educativa impulsada por este Gobierno tiene aspectos positivos y otros que pueden mejorarse, es un primer paso en el largo camino que debemos recorrer para alcanzar niveles educativos más dignos. Es necesario escuchar y analizar los cambios que requiera para que sea, en efecto, una Reforma más integral y justa para todos. Por ello, llamamos a todos los actores de la sociedad a participar con ecuanimidad, sumo interés y amplia responsabilidad en las etapas subsecuentes. Lo prioritario en materia educativa es abrir espacios para que gobierno y sociedad, conjuntamente, decidan, de modo realista, los pasos a seguir en esta materia estratégica. México es muy diverso y requiere tratamientos diferenciados, según costumbres, realidades históricas, y por supuesto las exigencias de la educación en estos tiempos. Ciertamente está pendiente el trasfondo del modelo educativo. Ofrecemos nuevamente a toda la sociedad mexicana el contenido del documento “Educar para una Nueva Sociedad”, que los Obispos de México presentamos en el mes de octubre del 2012. En este, tratamos cuatro temas fundamentales: ¿qué es educar? ¿a quién se educa? ¿cómo se educa? así como la relación fundamental entre educación y participación social.

Como parte de la sociedad mexicana, la Iglesia Católica ha coadyuvado y quiere seguir haciendo su mejor esfuerzo en esta materia. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos garantiza la libertad religiosa, también en materia de educación, lo que permite que todos podamos participar, desde la diversidad y no sin ciertas dificultades, en múltiples iniciativas privadas educativas –en nuestro caso gracias al esfuerzo perseverante y fiel de muchos religiosos y laicos-.

Finalmente, hacemos un llamado para que todos los actores de nuestra Patria, siguiendo las sabias palabras del Papa Francisco en Ciudad Juárez, el pasado día 17 de febrero, comprendan que: “cuando se va a negociar siempre se pierde algo, para que ganemos todos”.

Ciudad de México a 14 de julio del 2016.

+ Emmo. José Francisco Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la CEM

+ Excmo. Alfonso Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey y Secretario General de la CEM

+ Emmo. Alberto Cardenal Suárez Inda
Arzobispo de Morelia y
Responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa de la CEM