JMJ 2016: Jóvenes desafían al mundo, con su alegría y sus cantos

JMJ 2016: Jóvenes desafían al mundo, con su alegría y sus cantos

Al salir el pasado viernes 29 de julio de la celebración del Papa Francisco en Cracovia, pude ver en las calles, rebosadas de colores, impermeables y mochilas que llevaba tanta gente, dos filas de jóvenes, que no pudiendo pasar todos juntos, se esperaban a que pasara primero una de ellas, pero mientras iban pasando a su lado, se tocaban con luz y alegría las palmas de sus manos, sin importar qué tanto tuvieran que esperar.

El papa Francisco, justo les acaba de preguntar: ¿Dónde está Dios, en este mundo tan lleno de violencia y atentados? Y había respondido: ahí en el otro, que es tu hermano.

Esa imagen, junto con la foto de los jóvenes de Israel y Palestina, unidos con sus banderas, me convence de la trascendental importancia de este evento, que une a los jóvenes de todo el mundo, sin importar, sus diferencias, problemas, conflictos, si están en guerra o no entre ellos, enfocados solo a expresar con sus manos unidas, que somos un solo pueblo.

Jóvenes, que con sus cantos, bailes, risas, selfies, juegos, desafían la violencia que impera y golpea al mundo, pero que no los acobarda, y mucho menos los paraliza, sino que por el contrario, gritan con su más potente voz, que quieren ser libres, que quieren ser hermanos, y que quieren vivir con libertad, construyendo un mundo nuevo, fraterno, solidario, que los deje crecer, soñar, crear y vivir unidos y en paz.

No importaron las amenazas mundiales, la presencia de más de millón y medio de jóvenes, era el signo más elocuente de que este mundo no se dejará vencer por el odio y la sinrazón; su caminar masivo, era el signo más vivo y contundente de que este mundo marcha con el estandarte levantado de la esperanza.

Jóvenes que siguiendo la voz del Papa no se cansarán jamás de soñar, de sonreír, de aplaudir, de abrazarse, de levantarse una y otra vez, y de crear los miles de puentes, que este mundo cerrado necesita.

Y una vez más, para iluminar con el colorido de su juventud, para anunciar y gritar con millones de voces, que somos un solo pueblo y una sola familia guiados por la alegría y el amor, volverán a reunirse, junto con Pedro, y venidos de todos los rincones del planeta, estos jóvenes, en el hermano país de Panamá en el 2019, hasta entonces dejémonos guiar por este jubiloso testimonio de paz y de esperanza.

+Alfonso G. Miranda Guardiola
Secretario General de la CEM