“ Yo estoy en el Padre y el Padre en mí ”
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-8
Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe.
Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí.
Salmo
Sal 18, 2-3. 4-5 R. A toda la tierra alcanza su pregón
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen,
sin que pronuncien, s
in que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón,
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás:
-«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice:
-«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica:
-«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mi ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre" ? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. »
Reflexión del Evangelio de hoy
El Evangelio que yo os trasmití proclama que Cristo murió por nuestros pecados
El argumento central del capítulo 15 de esta carta de san Pablo es la resurrección de Jesucristo; las dudas e interpretaciones sesgadas que surgieron entre los cristianos de Corinto trata el apóstol de aclarar y reconducir. El texto evoca una breve profesión de fe elaborada sin duda en los primeros momentos de la comunidad cristiana, donde la muerte y la resurrección de Jesús son los acontecimientos fundantes del grupo y los hechos admirables que responden al plan de Dios como ya estaba diseñado en el Antiguo Testamento. Abonan tal declaración creyente los testigos oculares: los apóstoles, testimonios por excelencia de evento tan admirable, y el mismo Pablo que afirma que su experiencia personal de encuentro con Cristo resucitado es el fundamento de todo su quehacer apostólico. Y no le falta razón a Pablo cuando compara, acentuando el contraste, su tiempo de perseguidor de los cristianos y la iniciativa de Dios que le revela a su Hijo y le torna en apóstol por pura gracia. Nadie tiene que acomplejarse por su condición pecadora o por su débil e intermitente trayectoria creyente, Pablo nos invita a dar cancha a la gracia que es capaz de hacer maravillas en cualquiera de nuestras débiles decisiones.
Yo estoy en el Padre y el Padre en mí
Palabras de despedida con las que se trenzan no pocos argumentos: la identidad de Jesús de Nazaret, la ida y la vuelta de Jesús y las palabras del Padre entre otros. El Maestro dice a los suyos que se calmen, que aunque el mundo rechace a Cristo y a sus seguidores no deben ponerse nerviosos. Vendrá la cruz y la pasión, no faltarán pruebas para mantener la fe, pero aunque Él desaparezca físicamente, estará siempre con los suyos y a ellos volverá y los llevará consigo. Su partida al Padre no deben verla como una realidad triste y negativa, sino como en evento que les granjeará la vida eterna. Tomás y Felipe formulan las dudas normales en la vida de un creyente; a la de Tomás la respuesta indica que Jesús es el camino porque es la verdad y la vida; camino que hay que transitar para arribar al destino entretanto se da y disfruta la vida buscando y construyendo la verdad. Las palabras que cruzan Felipe y Jesús nos hablan de la plena comunión con el Padre, porque el Padre habita en él y obra por medio de él. Por la fuerza de Jesús, el futuro verá la obra que la comunidad es capaz de hacer en su nombre, sobre todo la de continuar la experiencia salvadora del Maestro bajo la acción del Espíritu. Palabras de despedida, sí, pero también, y sobre todo, palabras de consuelo y esperanza que arrojan no poca luz en nuestro diario camino de seguidores. ¿Queremos escuchar y llegar al Padre? Acojamos la Palabra y seamos fieles al Evangelio. Nuestra mejor tarea.
Hacemos memoria litúrgica de dos padres en la fe, los apóstoles Felipe y Santiago que atendieron la llamada del Señor y dieron testimonio de su fe con sus propias vidas.
¿Acudimos a la luz de la Palabra en los momentos críticos de la comunidad? ¿O preferimos nuestros recursos y estrategias?
Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)