En 1881 el Papa León XIII concedió el privilegio de que la Virgen de Montserrat fuera coronada canónicamente. Fue la primera imagen de la Virgen María que recibió tal privilegio en la geografía española. Este mismo Papa concedió que la Virgen de Montserrat fuera la celestial Patrona de todas las diócesis catalanas. La montaña de Montserrat, en Cataluña, famosa entre las montañas por su rara configuración, ha sido desde tiempos remotos uno de los lugares escogidos por la Santísima Virgen para manifestar su maternal presencia entre los hombres.
El color oscuro de Nuestra Señora de Montserrat se dice que se debe al humo de la gran cantidad de velas que durante siglos se encendieron ante su imagen durante días y noches. En virtud de esta coloración, la Virgen está catalogada entre las vírgenes negras. Por esto se la llama, afectuosamente "La Morenita".
Cuenta la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el actual Monasterio Benedictino.
Este célebre Monasterio ha sido visitado por muchos Santos españoles y extranjeros, sobre todo desde el siglo XIII hasta hoy. También han sido todos o casi todos los reyes de España quienes lo han visitado y algunos de ellos en varias ocasiones.
La devoción a la Virgen de Montserrat se extendió por todas partes del mundo por medio de los navegantes y conquistadores aragoneses y catalanes que surcaron los continentes. Los Misioneros la llevaron al Nuevo Mundo y por ello hay cantidad de ciudades, iglesias y ermitas bajo esta advocación y con este nombre de Nuestra Señora de Montserrat.
Poe lo que el nombre de Montserrat, catalán, se refiere a la configuración de las montañas en donde se ubica su Monasterio. Las piedras allí se elevan hacia el Cielo en forma de sierra. Monte más sierra: Montserrat. Asistir allí a la celebración de la Eucaristía o al Canto de la Salve, al medio día, es una maravilla.
La estatua goza de gran estima como un tesoro religioso y por su valor artístico.