Homilia
Padre Manuel Monge Mayboca
Evangelio; Mc, 10, 46-52.
Quizá este hombre, que nos habla el Evangelio, llamado Bartimeo tenia miedo de que Jesús pasara y no lo viera ni lo escuchara y por lo tanto no lo curara, por eso gritaba con fuerzas: "Jesús Hijo de David, ten compasión de mi".
Tenia temor porque era un marginado, un pordiosero, su grito no era escuchado y hasta opacado por aquella multitud.
Pero el Señor percibió el eco de aquel necesitado que esperaba todo de Él. Y el dolor de aquel hombre tirado al borde del camino, sentado en su desgracia, fue escuchado.
Siempre Jesús se detiene ante el clamor de la persona necesitada y pregunta: "¿Que quieres que haga por ti?", y con ello Dios manifiesta la fuerza transformadora de su misericordia.
Quizá también nosotros podemos llamarnos Bartimeos, cuando estamos desanimados, desalentados, abandonados y solos, parados en la orilla donde Jesús pasa y a nosotros nos da vergüenza gritarle al Señor que se compadezca de nosotros y vamos dejando la oportunidad que Dios nos da cuando pasa por nuestras veredas: en la Eucaristía, en la oración, en todos los demás sacramentos y no tenemos el valor de Bartimeo de levantarnos del suelo donde nos hemos estacionado de una forma tibia.
Animémonos a salir a su encuentro y gritarle de nuestras miserias y El siempre nos liberará de las ataduras que frenan nuestra fe, no lo dejemos pasar sin que nos escuche, nos bendiga y cure de nuestros males .
Arrojemos el ropaje que nos estorba y demos un salto a la entrevista con Jesús. Demos pasos al poder sanador de Dios, porque El siempre nos va a decir; "Camina, tu fe te a salvado".
FELIZ DOMINGO.
Domingo XXX Ordinario, ciclo B.
Ciudad Obregon, Sonora. 24 de Octubre de 2021.
DIOS ESTA CON USTEDES