“POR USTEDES Y POR MUCHOS”

2012-04-28 Radio Vaticana

(RV).- En su editorial semanal “Octava Dies” del Centro Televisivo Vaticano, nuestro Director General, el Padre Federico Lombardi nos revela otro aspecto de la continua enseñanza del Santo Padre.

¿Qué hizo el Papa en Castel Gandolfo durante la semana después de Pascua? Tomó papel y pluma y escribió en su lengua una carta un poco especial, dirigida a los obispos alemanes, que pocos días después la publicaron. Se refiere a la traducción de las palabras de la consagración del cáliz de la sangre del Señor en el curso de la misa.

La traducción “por muchos”, más fiel al texto bíblico, es preferible a “por todos”, que deseaba hacer más explícita la universalidad de la salvación traída por Cristo. Alguien pensará que el tema es sólo para refinados especialistas. En realidad, permite comprender qué cosa es importante para el Papa y con qué actitud espiritual lo afronta.

Para el Papa las palabras de la institución de la Eucaristía son absolutamente fundamentales, estamos en el corazón de la vida de la Iglesia. Con el “por muchos”, Jesús se identifica con el Siervo de Jahwé anunciado por el profeta Isaías; por tanto, repitiendo estas palabras expresamos mejor una doble fidelidad: nuestra fidelidad a la palabra de Jesús, y la fidelidad de Jesús a la palabra de la Escritura.

El hecho de que Jesús haya muerto por la salvación de todos está fuera de toda duda; por tanto, es tarea de una buena catequesis explicarlo a los fieles, y explicar, al mismo tiempo, el significado profundo de las palabras de la institución de la Eucaristía.

El Señor se ofrece “por ustedes y por muchos”: nos sentimos directamente implicados, y en la gratitud llegamos a ser responsables de la salvación prometida a todos. El Papa –que ya había tratado esto en su libro sobre Jesús– nos dona ahora un ejemplo profundo y fascinante de catequesis sobre algunas de las palabras más importantes de la fe cristiana.

Una lección de amor y de respeto vivida por la Palabra de Dios, de reflexión teológica y espiritual altísima y existencial, para vivir con más profundidad la Eucaristía.

El Papa termina diciendo que en el Año de la fe debemos comprometernos en esta dirección. Esperemos hacerlo verdaderamente.

(Traducción de María Fernanda Bernasconi – RV).