Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
Etimológicamente significa "vigilante". Viene del griego.
Gregorio vino a España procedente de Ostia, al lado de Roma, buscando la aventura de la santidad. Desde muy joven recibió una educación profunda entre los benedictinos en el convento de San Damián y San Cosme que existe en la capital romana.
Pasado el tiempo, hizo su profesión religiosa para, a continuación, estudiar filosofía y teología. Ansiaba ser ordenado de sacerdote para hacer el bien a la gente con su entrega al apostolado.
A la muerte del abad, los hermanos religiosos creyeron que el más apto para dirigir la abadía era Gregorio. Este se opuso debido a su humildad y a que rechazaba toda ostentación.
Cuando fue nombrado obispo, el Papa lo envió a Navarra como legado suyo. De esta recia región española, de tanta raigambre cristiana y cuna de santos, pasó a Nájera (Logroño). Esta ciudad era por entonces la capital del reino de Navarra.
Aquí empezó a darse a conocer plenamente haciendo prodigios entre la gente. Se cuenta que la libró de una plaga de langostas. Gracias a este milagro y a su labor entre la gente sencilla y humilde, se granjeó la amistad y el cariño de los habitantes del reino de Navarra.
La suerte más grande que tuvo Gregorio fue su encuentro providencial con Domingo de la Calzada. Una vez que conoció sus cualidades, no dejó nunca que se separase de él. Le era de gran ayuda en el camino que habían emprendido ambos hacia la santidad.
Es interesante constatar, a lo largo de la historia, cómo los grandes se han forjado junto a personas que le han señalado un camino en la vida.
Gregorio le enseñó a Domingo esta senda con su ejemplo. Y gracias a él, Domingo llegó a ser santo con el nombre de Santo Domingo de la Calzada.
Cuando Gregorio se fue haciendo mayor, y estamos en pleno siglo XI, se puso muy enfermo. Y para sentirse mejor atendido, se lo llevaron a Logroño en donde murió. Como recuerdo de este santo, hay imágenes suyas en varios lugares de la Rioja y Navarra, y también una gran basílica levantada en su honor en el monte Piñalba, entre Estella y Viana, en el camino de Santiago.