San Ascanio Caracciolo

Date: 
Viernes, Junio 4, 2021
Clase: 
Santo

En el pueblecillo de los Abruzos italianos, en la villa de Santa María, venía al mundo el 13 de noviembre este niño a quien pusieron por nombre Ascanio, pero que después cambiará e inmortalizará por el de Francisco.

Sus padres Francisco e Isabel eran muy buenos cristianos y el Señor les bendijo con cinco hijos, cuatro de los cuales se consagrarían al Señor en el estado sacerdotal o religioso.

Llegada la edad competente su padre le destinó al servicio militar.

Cuando tuvo veinte años pasó por una prueba muy dura: Le vino una rara enfermedad que los médicos no sabían explicarse, pero que algunos veían parecida a la lepra. Todas sus ilusiones cayeron por tierra. Se sintió acobardado. En aquellos momentos le vino una ráfaga de luz e hizo la promesa de abandonar el mundo y abrazar la vida religiosa si recobraba la salud.

Curó de modo que él mismo calificaba como milagroso y marchó a Nápoles para estudiar teología. Se entregó de lleno al estudio de las Sagradas Escrituras y llevaba una vida de gran piedad. La oración y los sacramentos eran el hilo conductor de su vida y la razón de ser. Renunció a la herencia paterna para estar más liberado de las ataduras del mundo. Por fin se ordena sacerdote en 1587.

En 1588 Juan Agustín Adorno tuvo la idea de fundar una nueva orden religiosa de sacerdotes. Consultó al deán de Santa María la Mayor de Nápoles y envió una carta a un sacerdote compañero suyo llamado Ascanio Caracciolo, explicándole el plan y pidiendo su ayuda. Ascanio se entusiasmó tanto con la invitación que al punto convino en ayudar. El único problema era que se trataba del Ascanio Caracciolo equivocado. La carta tendría que haber llegado a uno de sus Familiares del mismo nombre. Afortunadamente para todos los implicados, a este Ascanio Caracciolo (que más tarde adoptaría el nombre de Francisco, en honor de Francisco de Asís) se le permitió participar en el plan. Él y Adorno se hicieron rápidamente amigos y fundaron los Clérigos Regulares Menores.

A los tres votos habituales añadían, el cuarto, el de no admitir dignidades eclesiásticas. En sus viajes por España para fundar conventos de su Orden fue recibido con gran afecto por los reyes Felipe II y Felipe III. Por fin, cargado de méritos, a sus 45 años, el 4 de junio de 1608, vigilia de la festividad del Corpus Christi, partió a la eternidad.

¿Alguna vez te ha pasado que lo que originalmente parecía un error resultase ser una bendición camuflada? Marcas el número de teléfono equivocado, pero la persona que se halla al otro extremo de la línea es alguien que realmente necesitaba hablar contigo justo entonces. Giras por donde no debes, para luego saber que hubo un accidente en la calle que evitaste. Tales sucesos son ejemplos de la Providencia divina. Lo que parece ser un error e s realmente parte de la amorosa atención de Dios hacia todos los detalles de nuestras vidas.

La próxima vez que suceda algo que parezca ser un error, no lo lamentes en su lugar, di una rápida oración de gracias por otro ejemplo de la providencia divina en funcionamiento.