2012-06-05 L’Osservatore Romano
«Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero la fuerza del amor es la única que puede de verdad transformar el mundo». A la gran asamblea de familias reunida el domingo 3 de junio por la mañana en el parque de Bresso, el Papa dejó un mensaje que conjuga realismo y confianza. Para el acto conclusivo del séptimo Encuentro mundial, en la archidiócesis de Milán, eligió palabras alentadoras y tonos de esperanza. Sin ocultarse las dificultades como las de las parejas marcadas «por experiencias dolorosas de fracaso y separación», a las que aseguró el apoyo y la cercanía de la Iglesia, pero reafirmando la vocación especial e insustituible de la familia, «primera escuela de las virtudes sociales» y recurso valioso «para construir sociedades de rostro humano ».
A los esposos, en particular, el Pontífice dejó una especie de decálogo de la vida familiar en el que señaló «los caminos para crecer en el amor»: mantener una constante relación con Dios y participar en la vida eclesial, cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro, estar dispuestos al servicio, ser pacientes con los defectos ajenos, saber perdonar y pedir perdón, superar con inteligencia y humildad los eventuales conflictos, concordar las orientaciones educativas, estar abiertos a las demás familias, atentos a los pobres, responsables en la sociedad. «Son elementos que construyen la familia» afirmó invitando a los esposos a vivirlos «con valentía», con la certeza de que «con el apoyo de la gracia divina, seréis un Evangelio vivo, una verdadera Iglesia doméstica».
Benedicto XVI volvió a dirigirse también a los políticos y a los administradores para pedirles que no dejen solas a las familias –se refería sobre todo a las afectadas por la crisis y por el drama del terremoto- y promover intervenciones que favorezcan la conciliación entre «los tiempos del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la paternidad y la maternidad, el trabajo y la fiesta». De hecho, no es «la lógica unilateral de lo útil y del máximo provecho la que puede concurrir al bien de las familias y a edificar una sociedad justa» advirtió en conclusión, dando cita a los presentes para el año 2015 en la ciudad estadounidense de Filadelfia, donde se tendrá el próximo Encuentro mundial.