2012-06-09 L’Osservatore Romano
El mundo necesita lo sagrado. Su desaparición, de hecho, «inevitablemente empobrece la cultura». Y corre el riesgo de dejar campo libre «a los numerosos sucedáneos presentes en la sociedad de consumo, a otros ritos y a otros signos, que más fácilmente podrían convertirse en ídolos».
La celebración del Corpus Christi -con la misa en San Juan de Letrán y la procesión del Santísimo Sacramento que tuvo lugar el jueves 7 de junio por la tarde en Santa María la Mayor- ofreció a Benedicto XVI la ocasión para reafirmar algunos puntos fundamentales de la doctrina del culto y del carácter sagrado de la Eucaristía. Dos aspectos que, notó el Pontífice, han sufrido en los últimos tiempos las consecuencias de «una interpretación unilateral del Concilio Vaticano II» y de «cierto equívoco sobre el mensaje auténtico de la Sagrada Escritura».
Para el Papa ante todo se debe reafirmar la importancia de la adoración eucarística como «acto de fe y de oración dirigido al Señor Jesús, realmente presente en el Sacramento del altar». Un aspecto que no contradice la centralidad de la celebración, en la que «el Señor convoca a su pueblo, lo reúne en torno a la doble mesa de la Palabra y del Pan de vida, lo alimenta y lo une a sí en la ofrenda del Sacrificio».
En realidad, puntualizó el Pontífice, «el culto del Santísimo Sacramento constituye como el ambiente espiritual dentro del cual la comunidad puede celebrar bien y en verdad la Eucaristía». Precisamente el encontrarse arrodillados en silencio ante el Santísimo asocia el sacerdocio común al sacerdocio ministerial, constituyendo así «una de las experiencias más auténticas de nuestro ser Iglesia».
También a propósito del carácter sagrado de la Eucaristía, el Papa invitó a no dejarse influir por cierta mentalidad laicista que excluye su subsistencia. Jesús, recordó Benedicto XVI, «no abolió lo sagrado, sino que lo llevó a plenitud». Por eso, conserva una dimensión «más verdadera, más intensa», así como una «función educativa» sobre todo para la formación de los jóvenes.