El beato Monseñor Bernhard Lichtenberg fue un sacerdote católico de la diócesis de Berlín.Predicaba en la Catedral de Berlín y era bien conocido en la ciudad y en los círculos cívicos de la zona. Monseñor Bernhard se expresó claramente contra los nazis que gobernaban Alemania por ese entonces. Organizó protestas y concentraciones enfrente de los campos de concentración—Sí, en esos tiempos había gente que sabía muy bien lo que los campos de concentración eran y en dónde estaban—
Monseñor Bernhard organizó reuniones públicas de oración por las víctimas de la barbarie nazi en el Kristalnacht, cuando enteros barrios judíos fueron intimidados por las hordas de Hitler. El padre Bernhard tramitó quejas formalmente, por via legal, para protestar por los actos de disriminación racial del partido. Por esa razón fue puesto en prisión por dos años.
Una vez cumplida su sentencia, Monseñor Bernhard regresó a su ministerio y al activismo político. Esta vez los nazis lo capturaron y lo enviaron a un campo de exterminio en Dachau. Nunca llegó a su destino, pues murió en los vagones de carga donde los nazis apiñaban prisioneros como si fueran menos que animales.
Monseñor Bernhard Lichtenberg es uno de los mártires de nuestra fe, reconocido como tal tanto por judíos como cristianos. Esperamos que pronto sea elevado a los altares y podamos llamarlo San Bernhard Lichtenberg.
Cada 5 de Noviembre recordamos a este mártir ejemplar, ejemplo excelente para los católicos alemanes de todos los tiempos y para todos aquellos que tienen que enfrentar la injusticia social en un mundo violento y perdido, como el mundo que nos ha tocado vivir en este siglo XXI.