20 Afirmaciones que el Señor Obispo a dicho de nuestra misión permanente
- La misión tiene que empezar con nosotros mismos, está en nuestras manos, debemos tomar conciencia de que los primeros interesados tenemos que ser cada uno de nosotros, y que tiene que ser hacia dentro, hacia nuestro interior; al Corazón.
- Descubrir los famosos “granos de oro “, personas que de proponerles el proyecto, estén dispuestas a trabajar por la misión y que redescubran que son misioneros, que con su colaboración y su generosidad podrán aportar mucho.
- Descubrir lo que en verdad nos hace falta en nuestra pastoral y llevarlo a cabo de una forma organizada y bien planeada.
- Evitar llevar una espiritualidad paralela, la espiritualidad es única y es adherirse al proyecto de Jesucristo. No llevarla a modo de “ probaditas “, sino hacia dentro y profundamente.
- La comunión tendrá que ser fundamental dentro de la pastoral y en las relaciones con los agentes; el Párroco no tendrá que aislarse, deberá trabajar integrado y en solidaridad con el decanato. El estilo de la misión será por lo tanto en y con la comunión.
- La misión dependerá mucho de la preparación que tendrán nuestros laicos; de allí la propuesta de darnos la tarea de ofrecerles un preparación fundamental y básica tanto en la dimensión pastoral, espiritual, doctrinal y bíblica, dentro de un ambiente de encuentro personal con Jesucristo. Que los laicos conozcan el Documento de aparecida.
- La misión diocesana tiene que orientarse principalmente hacia las familias, porque es el eje y célula de la sociedad, ya que se ha comprobado que el núcleo y nacimiento de la fe cristiana para la mayoría de los laicos ha sido en la familia. La segunda prioridad de nuestra misión serán nuestros jóvenes ya que son el presente y futuro de nuestra iglesia.
- Hay que tener una preocupación por ir cada vez edificando nuestras comunidades en la fe, esperanza y el amor, y que de allí surja una vida comprometida , que cuestione a la sociedad.
- No nos preocupemos tanto en realizar cosas nuevas y sobreponerlas, sino en revalorar los elementos que tenemos, actualizarlos y acompañarlos con mucha calidad, dando lo mejor de nosotros mismos; con el espíritu de Jesús.
- Tener una atención de calidad a la Persona humana y sobre todo a los alejados, débiles y más necesitados. Ir al encuentro y buscar a las personas más alejadas de nuestra parroquia.
- No hay que desanimarse por empezar con grandes proyectos, hay que empezar con cosas pequeñas, como Jesús lo hacía, pero que tenga la potencia y la fuerza del crecimiento, y como de la promesa y estar continuamente evaluando.
- La misión deberá surgir de la base, que es la parroquia, y que haya un equipo parroquial muy preparado. Programar desde abajo hacia arriba.
- Involucrar a los Religiosos, que se vayan integrando a la pastoral parroquial, específicamente en la misión, todos podemos y debemos aportar algo, todos somos importantes.
- Provocar un ambiente de oración desde la palabra de Dios ( Lectio Divina ). Que haya una experiencia profunda con Jesucristo y de allí surja el deseo de llevarlo a conocer, como nueva noticia, especialmente a los más alejados.
- Algunos medios para realizar la misión son: convicción profunda de la presencia permanente del Señor hasta el fin de los tiempos, tomar en cuenta el método pastoral; ver juzgar y actuar, preparar la conciencia de los laicos e impulsarlos a la evangelización con espíritu misionero, e insistir en el testimonio, integración del evangelio a la cultura, vivir en la caridad, oración permanente y espíritu de sacrificio.
- En relación a los movimientos, buscar la forma de acercarlos más a la parroquia para que se integren y participen en la pastoral , hay que reconocer sus carismas como su riqueza.
- Siempre tendremos dificultad en el “ cómo” hacer pastoral; veamos el camino y estilo de Jesús, , programemos y veamos qué camino seguir, siempre palpando necesidades. Podemos ver las dificultades que “ Aparecida” presenta en el actuar.
- Interiorizar nuestro ser católico y manifestar lo que somos y no relativizar nuestra fe. La fuerza y vitalidad de la Iglesia universal, se manifiesta en la Iglesia diocesana y viceversa.
- Es de suma importancia el preparar la catequesis y la homilía. El sujeto que comunica la palabra de Dios tiene que estar bien preparado. En la Eucaristía se nota el misionero.
- El Santo Padre nos dio un camino de compromiso en la fe y para la misión, que es; primero la escucha de la Palabra de Dios, segundo darle sentido pleno a los sacramentos, tercero coherencia de fe y vida, ya que de esta forma seremos fermento en la sociedad, cuarto ser agente de esperanza que brota de la fe y se proyecta hacia el amor.
Pbro. Rolando Caballero N.