20 Afirmaciones que el Señor Obispo a dicho de nuestra misión permanente

  1. La misión tiene que empezar con nosotros mismos, está en nuestras manos, debemos tomar conciencia de que los primeros interesados tenemos que ser cada uno de nosotros, y que tiene que ser hacia dentro, hacia nuestro interior; al Corazón.
  2. Descubrir los famosos “granos de oro “, personas que de proponerles el proyecto, estén dispuestas a trabajar por la misión y que redescubran que son misioneros, que con su colaboración y su generosidad  podrán aportar mucho. 
  3. Descubrir lo que en verdad nos hace falta en nuestra pastoral y llevarlo a cabo de una forma organizada y bien planeada.
  4. Evitar llevar una espiritualidad paralela, la espiritualidad es única y es adherirse al proyecto de Jesucristo. No llevarla a modo de “ probaditas “, sino hacia dentro y profundamente.
  5. La comunión tendrá que ser fundamental dentro de la pastoral y en las relaciones con los agentes; el Párroco no tendrá que aislarse, deberá trabajar integrado y en solidaridad con el decanato. El estilo de la misión será por lo tanto en y con la comunión.
  6. La misión dependerá mucho de la preparación que tendrán nuestros laicos; de allí la propuesta de darnos la tarea de ofrecerles un preparación fundamental y básica tanto en la dimensión pastoral, espiritual, doctrinal y bíblica, dentro de un ambiente de encuentro personal con Jesucristo. Que los laicos conozcan el Documento de aparecida.
  7. La misión diocesana tiene que orientarse principalmente hacia las familias, porque es el eje y célula de la sociedad, ya que se ha comprobado que el núcleo y nacimiento de la  fe cristiana para la mayoría de los laicos ha sido en la familia. La segunda prioridad de nuestra misión serán nuestros jóvenes ya que son el presente y futuro de nuestra iglesia.
  8. Hay que tener una preocupación por ir cada vez edificando nuestras comunidades en la fe, esperanza y el amor, y que de allí surja una vida comprometida , que cuestione a la sociedad.
  9. No nos preocupemos tanto en realizar cosas nuevas y sobreponerlas, sino en revalorar los elementos que tenemos, actualizarlos y acompañarlos con mucha calidad, dando lo mejor de nosotros mismos; con el espíritu de Jesús.
  10. Tener una atención de calidad a la Persona humana y sobre todo a los alejados, débiles y más necesitados. Ir al encuentro y buscar a las personas más alejadas de nuestra parroquia.
  11. No hay que desanimarse por empezar con grandes proyectos, hay que empezar con cosas pequeñas, como Jesús lo hacía, pero que tenga la potencia y la fuerza del crecimiento, y como de la promesa y estar continuamente evaluando.
  12. La misión deberá surgir de la base, que es la parroquia, y que haya un equipo parroquial muy preparado. Programar desde abajo hacia arriba.
  13. Involucrar a los Religiosos, que se vayan integrando a la pastoral parroquial, específicamente en la misión, todos podemos y debemos aportar algo, todos somos importantes.
  14. Provocar un ambiente de oración desde la palabra de Dios ( Lectio Divina ). Que haya una experiencia profunda con Jesucristo y de allí surja el deseo de llevarlo a conocer, como nueva noticia, especialmente a los más alejados.
  15. Algunos medios para realizar la misión son: convicción profunda de la presencia permanente del Señor hasta el fin de los tiempos, tomar en cuenta el método pastoral; ver juzgar y actuar, preparar la conciencia de los laicos e impulsarlos a la evangelización con espíritu misionero, e insistir en el testimonio, integración del evangelio a la cultura, vivir en la caridad, oración permanente y espíritu de sacrificio.
  16. En relación a los movimientos, buscar la forma de acercarlos más a la parroquia para que se integren y participen en la pastoral , hay que reconocer sus carismas como su riqueza.
  17. Siempre tendremos dificultad en el “ cómo” hacer pastoral; veamos el camino y estilo de Jesús, , programemos y veamos qué camino seguir, siempre palpando necesidades. Podemos ver las dificultades que “ Aparecida” presenta en el actuar.
  18. Interiorizar nuestro ser católico y manifestar lo que somos y no relativizar nuestra fe. La fuerza y vitalidad de la Iglesia universal, se manifiesta en la Iglesia diocesana y viceversa.
  19. Es de suma importancia el preparar la catequesis y la homilía. El sujeto que comunica la palabra de Dios tiene que estar bien preparado. En la Eucaristía se nota el misionero.
  20. El Santo Padre nos dio un camino de compromiso en la fe y  para la misión, que es; primero la escucha de la Palabra de Dios, segundo darle sentido pleno a los sacramentos, tercero coherencia de fe y vida, ya que de esta forma seremos fermento en la sociedad, cuarto ser agente de esperanza que brota de la fe y se proyecta hacia el amor.

Pbro. ​Rolando Caballero N.