“Por amor a Sión no callaré, por amor a Jerusalén no descansaré, hasta que su liberación resplandezca como luz y su salvación brille como antorcha” (Is. 62,1)
Los responsables de la catequesis en las Diócesis de nuestra patria, reunidos en Asamblea Nacional, a los catequistas que llevan la buena nueva a nuestras comunidades, a los hombres y mujeres que creen en un futuro de cambio con dignidad.
CREEMOS que una Nueva Evangelización es posible:
- Si pasamos de una catequesis que sólo propone verdades doctrinales, normas morales y prácticas religiosas, a una catequesis que dialoga con un lenguaje inculturado, que dé sentido a la vida de nuestros pueblos.
- Si pasamos de una catequesis que ve al catequista como agente único, a una catequesis que comparte con la familia, la comunidad y sus pastores, la responsabilidad de transmitir la fe.
- Si pasamos de una catequesis sólo sacramental y desencarnada de la realidad, a una catequesis misionera, que inicia a la fe e integra a la comunidad con fuerte compromiso social.
COMPARTIMOS a lo largo de todo nuestro país una realidad que nos duele:
- El ver los rostros de tantos niños, jóvenes, adultos y ancianos flagelados por la inseguridad, violencia y la muerte de sus padres, hermanos, esposos e hijos.
- El constatar la pobreza en la que están sumergidas muchas familias al no poder llevar a sus casas lo necesario para una vida digna y un sano desarrollo de sus integrantes; situaciones que en algunos casos los han orillado a la emigración y a caer en prácticas contrarias a su fe.
- El contemplar a nuestra Patria que llora como Raquel por sus hijos(cfr. Jer. 31,15)al ver que las instituciones están siendo incapaces de responder a esta realidad.
CELEBRAMOS el misterio de Cristo que nos ilumina como príncipe de paz en:
- Su pasión; que se hace presente en los hombres y mujeres que están siendo condenados por esta situación social.
- Su muerte; que se hace presente en quienes han sido víctimas y se les ha arrebatado la vida por la violencia.
- Su resurrección; que se hace presente en todos aquellos que a pesar de la situación que viven se mantienen firmes en su fe y esperanza trabajando por construir una sociedad justa y fraterna.
COLABORAREMOS como Iglesia que intercede por sus hijos:
- Para que este México valiente, firme, decidido, que no ha muerto, México que cree, que espera, que vive, levante su ánimo porque Dios camina con nosotros.
- Para que proclamemos el amor que Dios nos tiene y que nadie puede arrebatarnos, ni la violencia, ni el miedo, ni la muerte…pero Dios, que nos ama, hará que salgamos victoriosos de todas estas pruebas (cf. Romanos 8,35).
- Para que descubramos los caminos que nos llevan ala paz(Cfr. Lc.20,41-42) y no sigan nuestros ojos cerrados, indiferentes y ajenos al sufrimiento de nuestros hermanos.
LA NACIÓN UNIDA POR LA PAZ:
María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.
Fraternalmente:
+ Mons. José Antonio Fernández Hurtado
Obispo responsable de la Dimensión Nacional de Pastoral Catequética
Pbro. Lic. Juan Manuel Chagolla López
Secretario de la Dimensión Nacional de Pastoral Catequética.
A 25 de Noviembre de 2011. San Juan de los Lagos, Jal. México.