UNA CATEQUESIS VIVIENTE

(RV).- La Iglesia celebra hoy sábado, 4 de agosto, la memoria de San Juan María Vianney, luminosa figura de un sacerdote, protector de los pastores en todo el mundo.

Al Santo Cura de Ars, Benedicto XVI ha dedicado numerosas reflexiones, indicándolo como modelo intemporal de todo sacerdote. También a él le dedicó el Papa el Año Sacerdotal, en el 150 aniversario de su muerte.

"Un buen pastor - decía San Juan María Vianney - un pastor según el corazón de Dios, es el tesoro más grande que el Señor puede conceder a una parroquia." Ciento cincuenta años más tarde, Benedicto XVI considera que esta forma de pensar simple pero eficaz del Cura de Ars sigue siendo válida hoy en día. Por supuesto, ha dicho el Papa, sus métodos pastorales "pueden parecer mal adaptados a las actuales condiciones sociales y culturales." Pero en realidad, revelan su ser: "su amor a Cristo" que lo convierte en un contemporáneo de todos los sacerdotes:

"El verdadero secreto de su éxito pastoral fue precisamente el amor que sentía por el Misterio eucarístico, celebrado y vivido, y que se ha convertido en el amor a las ovejas de Cristo, las personas que buscan a Dios", ha dicho también Benedicto XVI:

En otra ocasión, el Pontífice ejemplificaba así su misión:
"Su vida fue una catequesis viviente, que adquiría más efectividad cuando la gente lo veía celebrar la misa, rezar en adoración ante el sagrario o pasar muchas horas en el confesionario (...) reconocía en la práctica del sacramento de la penitencia, la lógica y el natural cumplimiento del apostolado sacerdotal.

“La amistad con el Señor”. Así ha destacado el Papa, el verdadero secreto del "éxito" de San Juan María Vianney. Analfabeto hasta la edad de 17 años, llegó a la ordenación después de muchas dificultades. "Sólo si amamos a Cristo, ha dicho el Papa, el sacerdote puede tocar los corazones de la gente y abrir al Señor misericordioso." (ER – RV)