2012-08-12 Radio Vaticana
(RV).- “La Santa Sede y los Obispos de los Estados Unidos de América están profundamente orgullosos de la histórica y constante contribución de las religiosas” estadounidenses a través de su empeño social, pastoral y espiritual, de la asistencia sanitaria y de la educación católica, así como en muchos otros sectores donde llegan a cuantos están marginados de la sociedad”. Lo afirmó el Arzobispo de Seattle, Mons. Peter Sartain, en la conclusión de la Asamblea anual de la Conferencia de las superioras religiosas de esta nación que se celebró en Saint Louis.
Mons. Sartain, encargado de la Congregación para la Doctrina de la fe para el diálogo con esta Conferencia de superioras religiosas, subrayó que esta institución “lleva dones únicos a sus miembros y a la Iglesia en general”. Y añadió que “esta unicidad incluye la sensibilidad hacia el sufrimiento” y la pobreza, tanto en América Latina como en las ciudades estadounidenses, frente a la vida de los niños aún no nacidos y por las víctimas de la trata de seres humanos.
El Arzobispo destacó que las religiosas han dado y siguen dando hoy una contribución duradera para el bienestar de esta nación, razón por la cual merecen el respeto de la Iglesia, su apoyo, agradecimiento y oraciones. De ahí que el Prelado haya asegurado su empeño a trabajar con ellas para afrontar las cuestiones planteadas por la Congregación para la Doctrina de la fe “en un clima de oración y de diálogo respetuoso”. Porque como explicó, “es necesario trabajar para aclarar cualquier malentendido”, a la vez que reafirmó su confianza en que trabajarán juntos sin comprometer la enseñanza de la Iglesia o el importante papel de esta Conferencia.
Cabe destacar que durante la Asamblea anual de la Conferencia de las Superioras religiosas de EE.UU. –tal como se lee en un comunicado de prensa– entre los muchos temas de carácter social que se trataron en el curso de los trabajos, además de la evaluación de la relación elaborada por la Congregación para la Doctrina de la fe, se afrontaron con particular atención cuestiones referentes a los flujos migratorios hacia esta nación, así como la presencia de los trabajadores extranjeros y la cuestión de las reunificaciones familiares.
Además, en la Asamblea se reafirmó la importancia de proseguir por el camino de un diálogo franco y constructivo con los representantes encargados de la Congregación para la Doctrina de la fe acerca de delicadas cuestiones de tipo ético y moral. Por tanto –se lee en el comunicado final– comenzará pronto un coloquio con el Arzobispo Peter Sartain, encargado del dicasterio vaticano; a la vez que se subrayó la importancia de los valores que surgen del Concilio Vaticano II en materia de teología, eclesiología y formas de vida consagrada.
En fin, la Asamblea dirigió un llamamiento al Congreso estadounidense a fin de que se realice una reforma global de la inmigración que tenga presente de manera prioritaria el problema de las reunificaciones familiares y el itinerario a seguir para la adquisición de la plena ciudadanía; a la vez que se aludió, en este ámbito, a la plaga del tráfico de seres humanos y la necesidad de erradicarla.
(María Fernanda Bernasconi – RV).