Del hebreo, "Dios es mi juramento" (1786 1859). Fundadora.
Sus padres Victoria y Juan Bautista, de vastos recursos, la trajeron al mundo en la provincia italiana de Saludecio, Rimini; en el Bautismo recibe el nombre de María Isabel. En 1791, la familia se traslada a radicar en Mondaino, donde la niña recibe formación en Cristo y vasta cultura con las religiosas de la orden de Santa Clara (clarisas), aprende a amar a Dios, dejando honda huella espiritual en ella el trabajo de las monjas. A los 21 años de edad ingresa en la vida consagrada en el monasterio agustino de Piedrarubia en su país, conocido por la espiritualidad de las religiosas, así como por el intenso frío invernal. Siente la intensidad de estar consagrada a Dios y así lo expresa en una carta dirigida a su progenitor: "Venerado padre, le digo: tengo un fuerte deseo de hacer el bien, rezar mucho por la gloria de Dios, y de hecho para la mayor gloria de Dios... En la casa de Dios". En 1810, el emperador francés Napoleón I, Bonaparte (1769-1821) decreta el cierre de conventos, María Isabel con tristeza abandona el lugar donde había sido feliz y regresa a la casa paterna. Durante catorce años de vida familiar, deja el fervor del monasterio, desconcertada pide a Dios: "Señor, ¿qué proyectos tienes para mí?", pues enfrenta el dilema de retomar la vida religiosa o quedarse en su hogar disfrutando de su alta posición social, sin pensar en contraer matrimonio. Cierto día al pasear a caballo, el corcel se desboca y ella cae en forma intempestiva; al levantarse ilesa interpreta la caída como una llamada de Dios. En seguida consulta con su guía espiritual, el sacerdote Vital, quien le propone dedicarse a educar y que de ser su deseo se presente en la región italiana de Coriano, en la escuela para niñas y jóvenes pobres. Llega al lugar en 1824 y conoce a santa Magdalena de Canossa (10 de abril) de quien aprende dirección, apostolado y administración de la vida monástica. En 1839 funda la congregación de las Maestras Pías de la Virgen Dolorosa, cuyo apostolado será proporcionar educación humana y cristiana a niñas y jóvenes sin recursos. Isabel encabezando un grupo de jóvenes con ideas afines viste el hábito en la parroquia de Coriano, redacta la Regla y obtiene la aprobación episcopal Las vocaciones proliferan y la congregación se extiende por varias ciudades italianas. Dejando una herencia de amor a Dios en el servicio al prójimo, nuestra santa fallece en la casa general de la congregación en Coriano, diócesis de Rimini, lugar donde sus restos-reliquia, reciben veneración. El Venerable Juan Pablo II la beatifica el 18 de junio de 1989.