COMO YO OS HE AMADO

2012-08-14 Radio Vaticana
(RV).- Hoy la Iglesia celebra la memoria litúrgica de San Maximiliano Kolbe, sacerdote franciscano polaco que murió en el campo de concentración nazi de Auschwitz para salvar a un padre de familia. El Papa lo ha definido una "luz" que "ha alentado a otros a darse a sí mismos" para estar cerca de los que sufren y los oprimidos.

“Vencer el mal con bien, el odio con el amor”: es lo que nos recuerda el Evangelio de hoy dedicado al "nuevo mandamiento" de Jesús: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado." Palabras que el Padre Kolbe vivió en lo profundo y hasta el final -como dice el Papa- y que nos invitan a todos a seguir el camino del amor sin límite de nuestro Señor.

Esas palabras de Jesús, “como yo os he amado", nos invitan y a la vez nos inquietan; son una meta cristológica que puede parecer inalcanzable, pero al mismo tiempo, son un estímulo que no nos permite estar satisfechos sobre lo que hemos podido realizar, sino que nos hace permanecer en camino hacia esta meta.

El amor de Jesús pasa a través del sí de María. Y el padre Kolbe, sacerdote mariano en su ADN, continuó dando esperanza y consolación a todos aquellos que estaban con él en el búnker del hambre en Auschwitz, totalmente confiado a la Madre de Dios hasta el final. Era el 14 de agosto de 1941.

"'¡Ave María!”: fue la última oración en los labios de San Maximiliano Kolbe, mientras extendía su brazo hacia la persona que lo mató con una inyección de ácido fénico. Es conmovedor observar cómo el recurso humilde y confiado a la Virgen es siempre fuente de valor y serenidad.
Así se expresó el Papa en la Audiencia General del 13 de agosto de 2008. Los mártires -dijo- no se desalientan en hacer el bien, incluso cuando el mal parece destruir todo.

Aparentemente, sus vidas podrían parecer una derrota, pero precisamente en su martirio resplandece el fulgor del amor que vence las tinieblas del egoísmo y del odio. A San Maximiliano Kolbe le vienen atribuidas las siguientes palabras que pronunció en pleno furor de la persecución nazi: "El odio no es una fuerza creativa: lo es sólo el amor". (ER - RV)