CONOCIMIENTO Y RESPETO PARA UN CAMINO DE PAZ

2012-09-01 L’Osservatore Romano
Durante veinte años fue misionero en Egipto y en Sudán. Es precisamente allí donde descubrió la importancia del diálogo como «instrumento para superar los conflictos y acudir juntos a las fuentes de la paz». Convencido de esta certeza y de la experiencia madurada en la dirección del Instituto pontificio de estudios árabes e islámicos (Pisai) —del cual fue director desde 2006 —, el comboniano español Miguel Ángel Ayuso Guixot se prepara para su nueva tarea de secretario del Consejo pontificio para el diálogo interreligioso, encargo que le confió Benedicto XVI  el pasado 30 de junio.
El tema del diálogo sigue siendo muy actual precisamente en Egipto y en Sudán.

Diría que sí, viendo la situación que se vive en estos dos países. El diálogo entre las religiones, aunque no se ocupe de cuestiones políticas, puede dar su contribución específica para el reconocimiento de los valores que son el fundamento de la justicia y de la paz, tanto dentro del país como en las relaciones con los demás Estados.
¿Cómo acogió la noticia de la decisión de Benedicto XVI?

El Papa me ha honrado con este nombramiento, que para mí era absolutamente inesperado. Le estoy infinitamente agradecido por haber pensado en un simple misionero para este cargo. De todos modos, soy consciente de que se trata de una misión delicada.
En su actividad futura, ¿qué peso tendrá su experiencia con el islam?

Tengo que decir que por estudio y por experiencia conozco muy bien a los musulmanes, con los cuales la Iglesia católica desea dialogar en muchos modos y lugares. El islam es una realidad a la que se debe prestar una atención especial, sin descuidar a los demás creyentes. Y todo esto confirma la importancia que Benedicto XVI atribuye a las relaciones entre musulmanes y cristianos.

Gianluca Biccini