2012-09-02 L’Osservatore Romano
En presencia de Benedicto XVI se han reanudado este sábado 1 de septiembre, por la mañana, los trabajos del tradicional seminario de verano del Ratzinger Schülerkreis, el grupo de los ex alumnos de Joseph Ratzinger, reunidos desde el jueves 30 de agosto en el centro Mariápolis de Castel Gandolfo. La sesión ha tenido lugar en la Sala de la Roca del Palacio apostólico de la ciudad del Lacio.
El tema principal de este año es la relación entre las Iglesias y el ecumenismo. “En el encuentro particular del sábado por la mañana —explica a nuestro periódico en una pausa de los trabajos el obispo Barthélemy Adoukonou, secretario del Consejo pontificio para la cultura— la discusión se ha concentrado en cómo podemos superar la visión ilustrada a partir de la fe y del diálogo ecuménico”. En particular se ha observado cómo la ilustración intentó dar una interpretación suya al contenido de la salvación y de la justificación. “El hombre ha sido redimido —observa el prelado— y esto significa para los ilustrados que ya está liberado de toda autoridad, por lo tanto ya no se le puede someter a ninguna, ni siquiera a la de la Iglesia”.
Hoy nosotros “ciertamente debemos arrepentirnos por lo que ha provocado la división en la Iglesia —subraya el obispo—, pero debemos hacer que nuestro tiempo se ponga a disposición del absoluto de Dios, a fin de que se convierta en un momento favorable para la fe”: esa fe que la ilustración “creyó haber negado, rechazando los sacramentos y los milagros, y hasta la cristología, y junto a estos la autoridad, en la convicción de que nadie puede imponer nada a ninguno”. Lo que ha surgido de las reflexiones, como recalca monseñor Adoukonou, es sobre todo la necesidad “de presentar al hombre el absoluto, de volver a Dios como fuente de vida y de amor. Podemos testimoniar hoy que con Dios todo es posible, porque su absoluto está a favor del hombre, en cuanto que Él es todo amor”.
Los trabajos prosiguen por la tarde en el Palacio apostólico, también en presencia del Papa, quien el domingo por la mañana celebrará la misa con todos los participantes en el seminario, asimismo presentes después en la oración mariana del Ángelus. El lunes por la mañana, la conclusión del encuentro.