Celebremos de verdad y de corazon las Fiestas Patrias

Lunes, 10 de Septiembre de 2012 10:22
Escrito por  Mons. José Luis Chávez Botello

Los signos y colores patrios aparecen ya por todos lados: la bandera, el escudo y el himno nacional; son expresiones que nos acercan, nos estimulan a la alegría y a celebrar juntos el acontecimiento histórico de nuestra Independencia. Las Fiestas Patrias son un espacio privilegiado que aviva y alimenta la conciencia y la identidad nacional; nos mueve a abrirnos y a convivir alegremente sin importar diferencias de clase social, inclinación política, religión o ideas.

Celebramos la Independencia de México, el paso de una situación de injusticias y deshumanizante a una situación más humana con posibilidades de superación y de marcar el rumbo del país; un paso doloroso que costó la muerte de miles de nuestros antepasados, austeridad, carencias y trabajo tesonero por varias décadas. Es la raíz de nuestras Fiestas Patrias y el cimiento que sigue haciendo posible reavivar el sentido de pertenencia y el orgullo sano de ser mexicano.

En los símbolos patrios, como en los símbolos de toda comunidad o pueblo, hay valores fundamentales que dan piso, cohesionan  y estimulan a caminar hacia una vida más humana, porque  la vida es el valor que sustenta todos los demás derechos. Una sociedad, un país sano y con futuro requiere necesariamente de valores fundamentales y de instituciones fuertes; son los pilares indispensables de toda sociedad; donde se cultivan y protegen los valores fundamentales y las instituciones, las sociedades caminan en paz hacía el desarrollo.

Solo cuando se aviva y se alimenta la raíz y lo más fundamental que tenemos en común somos capaces de quitar barreras, de acercarnos y aceptarnos con nuestras diferencias, de compartir y alegrarnos; es desde allí donde debemos sumar y no dividir para avanzar juntos hacia adelante.

Los mexicanos no podemos negar ni descuidar nuestras raíces: 1- La indígena con su rica sensibilidad y valores como el sentido comunitario y el respeto a la naturaleza entre otros; fortalecer nuestra raíz indígena nos exige admirar no solo su patrimonio arqueológico sino sobre todo valorarnos, apreciarnos e integrarnos en un enriquecimiento mutuo con las personas de las diferentes etnias presentes y vivas entre nosotros; 2- La raíz europea-española que dio origen a un largo proceso de mestizaje no solo étnico sino también cultural; desde sus raíces México está marcado por un pluralismo que le exige siempre un constante esfuerzo de integración no siempre bien logrado; el mestizaje asumido y apreciado, ha sido puente de integración, de enriquecimiento y de paz; 3- La raíz religiosa que desde las culturas prehispánicas ha dado cohesión, dinamismo y trascendencia a nuestros pueblos; la religión constituye el corazón de toda cultura; donde la religión se descuida, se desvía o se le margina de la vida, surgen pronto expresiones de confusión, de desintegración, vacio de sentido y de trascendencia a nivel personal y social.

Sentirnos orgullosos de nuestro pasado comporta comprometernos a mejorar nuestro presente y, a pesar de los grandes desafíos de la violencia y crisis, construir con esperanza nuestro futuro.

Cimentamos nuestra esperanza en la disponibilidad y capacidad de tantos hombres y mujeres para impulsar una vida mejor para Oaxaca y para México; son muchas las personas con iniciativa y amor a nuestra patria. Los creyentes fincamos nuestra esperanza principalmente en Dios; El nos estimula y nos da la fuerza necesaria para aprender de los logros y errores de nuestros antepasados, para no ceder al mal ni al pesimismo. Nos urge reconciliarnos hoy con las diferentes formas de pensar erradicando todo fundamentalismo o intolerancia de cualquier signo. Celebremos y disfrutemos así, de verdad y de corazón, las Fiestas Patrias.

Con mi saludo y bendición para todos.

+ José Luís Chávez Botello
Arzobispo de Antequera Oaxaca
Noticia: 
Nacional