Palabras de Mons. Carlos Aguiar Retes, en la presentación del documento “Educación para una nueva sociedad”

Escrito por  Mons. Carlos Aguiar Retes

Palabras de Mons. Carlos Aguiar Retes, Presidente de la CEM, en la presentación del documento “Educación para una nueva sociedad”

Buenas tardes tengan todos ustedes, gracias por su presencia, especialmente a todos aquellos que de alguna forma están colaborando intensamente en el campo de la educación. En esta intervención de mi parte, pretendo explicar brevemente cómo llega este documento del Episcopado a su término, a su presentación para su difusión; qué recorrido, qué camino fue el que tuvo para llegar a nuestras manos.

En primer lugar la Conferencia del Episcopado Mexicano elige sus directivos cada tres años, y al inicio del trienio los obispos, en Asamblea, eligen los temas que van a tratar. El trienio que estamos por terminar en el mes de noviembre de 2012, inició en noviembre del 2009 y su primera asamblea fue en abril del 2010, en ella los obispos expresaron las diversas temáticas de interés general serían elemento central de las asambleas del trienio.

En esa ocasión es cuando fue elegido el tema de La Educación. Desde ese primer momento se definió que se tocara este tema de forma amplia, no solamente la educación formal, la de las instituciones educativas sino también la educación no formal que implica todas aquellas relaciones que realizamos en los diferentes ámbitos de la vida: familiar, la misma escolar fuera de aulas, la de las iglesias, la de los medios de comunicación, las sociales y culturales. Es decir, abrir todo el abanico de este tema y así dejarlo para su preparación y para su reflexión y estudio.

Esto motivó, desde el inicio, que el tema fuera preparado con mucho tiempo más que lo que habitualmente se da de una asamblea a otra, como tiempo preparatorio.

Mons. Alfonso Cortes quien había sido en el 2009 reelegido para un segundo trienio para la Dimensión de la Pastoral Educativa, inmediatamente se puso en contacto con la presidencia de la CEM, con su Comisión Episcopal y preparó un equipo que llevaría la elaboración del tema, el desarrollo en la asamblea y desde ese primer momento se manejó la decisión que este trabajo de los obispos terminara con un documento.

El equipo que formó Mons. Alfonso Cortes lo realizó con agentes de diferentes instituciones educativas y, con pluralidad, integró un equipo coordinador. Ese equipo realizó diferentes consultas en distintos ámbitos, no solamente concentrados en la Ciudad de México sino en el país. De esta forma preparó un borrador para la asamblea, el cual fue previamente expuesto en el Consejo Permanente en 2 o 3 ocasiones, allí recibió, también de parte de los miembros del episcopado que tienen esta función (veintidós obispos), diferentes intervenciones enriquecedoras de este borrador.

En noviembre del año pasado  se tuvo la Asamblea que debería llevar a cabo este tema de estudio y reflexión, allí también participaron además de los obispos algunos miembros de las provincias eclesiásticas, de las 18 que existen en nuestro país, para intervenir en este tema de la educación; para propiciar también que la reflexión de los obispos se compartiera con quienes están más de lleno metidos en el trabajo de la Pastoral Educativa.

El borrador quedó enriquecido con muchas intervenciones  de los obispos y ese elemento de ser  múltiple por todas las intervenciones dadas por los diferentes equipos de trabajo hizo conveniente hacer una comisión ad hoc, distinta de la que elaboró el borrador, de cuatro obispos, la cual presidió Mons. Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia, quien junto con los otros obispos y algunos peritos revisaron la totalidad del documento.

Esta comisión presentó sus trabajos en una reunión del Consejo Permanente y, finalmente, fue aprobada (así había quedado acordado en la asamblea plenaria del 2011, conforme a los estatutos de nuestra competencia), y por tanto el documento llegó a la aprobación del Episcopado. Este periodo fue intenso, de enero de este año hasta el mes de mayo.

Con esto quiero no sólo darles a conocer el recorrido de los trabajos sino la valoración de que este trabajo fue llevado a cabo con mucha seriedad, profundidad, con tiempo y que esperamos que tenga también un efecto muy intenso en todos los actores de la educación en el país.

El tema de la asamblea nos explica precisamente nuestra intensión: recuperar que la misión de la Iglesia es educar, por tanto el lema fue “Evangelizar educando y educar evangelizando”.

Toda acción de la Iglesia tiene como finalidad la educación de la persona, la educación de las comunidades. Esperamos tener mucho eco y que pueda servir efectivamente para este ámbito de la vida del país y para elevar el nivel de la calidad educativa de todos los ciudadanos.

Gracias.

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