Ciudad del Vaticano, 2 octubre 2012 (VIS).-El arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados, intervino ayer lunes en la LXVII Asamblea General de la ONU cuyo tema es “Lograr con medios pacíficos el ajuste o la resolución de disputas o situaciones de carácter internacional”.
En su discurso el Delegado de la Santa Sede subrayó que “la pérdida de confianza en el valor del diálogo o la tentación de favorecer 'a priori' una de las partes involucradas en los conflictos regionales y nacionales, socavan el respeto de los mecanismos jurídicos de las Naciones Unidas. En cambio, el predominio de los valores enunciados en la Carta ( de las Naciones Unidas n.d.r) debería conducir a la adopción de todos los medios posibles para garantizar la protección de los más vulnerables, promover el respeto del Estado de derecho y de los derechos humanos, así como la salvaguardia de equilibrio culturales y religiosos seculares”.
“La urgencia de la situación es aún más evidente respecto a los sucesos de Oriente Medio y especialmente de Siria. No es posible una solución fuera del respeto de las normas del derecho internacional y del derecho humanitario así como de la aplicación de los mecanismos establecidos por la Carta de las Naciones Unidas. Todas las partes interesadas deberían no solamente facilitar la misión del Enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, sino también garantizar la asistencia humanitaria a las poblaciones afectadas. La comunidad internacional debe unir sus fuerzas, para que todas las partes implicadas sustituyan el recurso a las armas con la negociación, y exigir el respeto efectivo de la libertad religiosa, de los derechos humanos y de todas las libertades fundamentales”.
“Además, sólo una comunidad internacional fuertemente anclada en valores auténticamente conformes con la dignidad humana podrá proponer soluciones practicables para los nuevos tipos de conflictos que involucran a grupos transnacionales, los cuales difunden una ideología hegemónica pseudo-religiosa, que no respeta los derechos de las personas y la paz civil. Pensamos en la inestabilidad y los recientes ataques terroristas en algunos países africanos y asiáticos y a los lazos entre el narcotráfico y el terrorismo en otras regiones del mundo.”
“Es prioritario hallar una solución efectiva al debate abierto sobre la reforma y la mejora del funcionamiento de los órganos de las Naciones Unidas, para reavivar su capacidad de predecir los conflictos y resolverlos por medios pacíficos”, finalizó el prelado.