La Iglesia no busca el poder político

La Iglesia no busca el poder político
Escrito por Mons. Carlos Garfias Merlos

En días pasados se han manifestado opiniones en el sentido de que la Iglesia pretende que los sacerdotes puedan ocupar puestos públicos o cargos de elección popular y, en este sentido, estaría ampliando la concepción de la libertad religiosa de manera que pueda acumular poder político en sus manos. Es cierto que la Iglesia ha manifestado su interés en la modificación del artículo 24 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en términos de promover los derechos humanos de todos, sobre todo el derecho a la práctica de la religión o la libertad religiosa, que es mucho más amplia a la libertad de cultos. La Iglesia pretende que en México se reconozca la libertad religiosa que es un derecho fundamental de todo ser humano.

Cuando en la Iglesia decimos que los sacerdotes tenemos que gozar de todos nuestros derechos, incluso los políticos, estamos señalando una discriminación que, por motivos religiosos, afecta a los ministros religiosos, no solo de la Iglesia católica, sino de todas las asociaciones religiosas reconocidas legalmente en México. La actual legislación excluye a los ministros religiosos de ese derecho y se trata de una verdadera discriminación.

El caso es que el reconocimiento de este derecho de los ministros religiosos no implica que los sacerdotes católicos busquemos puestos políticos. El Código del Derecho Canónico, que regula la vida interna de la Iglesia católica, prohíbe explícitamente a los sacerdotes, diáconos y obispos asumir puestos públicos y participar en partidos políticos. De hecho, el canon 285 en su fracción tercera, dice textualmente que “les está prohibido a los clérigos aceptar aquéllos cargos públicos que lleven consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil”. Esto significa que, gozando del derecho a ocupar puestos públicos, los sacerdotes renunciamos a ese derecho en aras del ministerio sagrado. Solo eso pretendemos y que se reconozca a todos los mexicanos el derecho fundamental de la libertad religiosa.

Nuevas autoridades municipales.

Quiero aprovechar esta ocasión para felicitar a los 81 presidentes municipales de otros tantos municipios del Estado de Guerrero que comienzan a ejercer sus cargos, tomando la protesta de ley. A través de este medio quiero hacer llegar a todos, cualesquiera que sea su filiación política, mi felicitación y mi llamado a que cumplan con su responsabilidad siempre pensando en el bien del pueblo que les ha elegido, y por la confianza que han recibido de sus pueblos para gobernar durante el trienio de 2012 a 2015. Representan a la autoridad más cercana a la vida cotidiana de las personas, de las familias y de los pueblos y por ello tienen la gran oportunidad de acompañar los anhelos y esperanzas de los mismos con el fin de aportar sus capacidades para el desarrollo y el bienestar de todos.

Al mismo, tiempo, quiero decir que al encabezar sus respectivos ayuntamientos, tienen la oportunidad de convertirse en verdaderos servidores públicos atendiendo necesidades de primer orden como son los servicios públicos. Si lo hacen manejando los recursos institucionales, humanos y económicos con transparencia y con una verdadera disciplina financiera, estarán en la posibilidad de hacer mucho bien a los pueblos desde la administración de los municipios.

Por otra parte, tienen la oportunidad de ofrecer un aporte decisivo para la construcción de la paz, cuando velan por el bienestar de todos sin discriminación política, social o religiosa alguna. Hago un fraterno llamado a todos los presidentes municipales a ampliar sus horizontes más allá de los intereses partidistas o de grupos de amigos o adeptos para buscar el bien común. Esta será su gran contribución a la paz.

+ Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Acapulco
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Nacional