2012-10-16 Radio Vaticana
(RV).- Decimotercera Congregación General, este martes, en el Sínodo sobre la nueva evangelización en la que no ha participado el Papa. En el calendario de hoy están incluidas las intervenciones de los auditores, en su mayoría laicos comprometidos en el anuncio del Evangelio. Ayer por la tarde, en cambio, los padres sinodales reflexionaron sobre el papel de los santos, modelos y testigos de la evangelización contemporánea.
Y es que los santos son convincentes porque son coherentes en la vida y en la fe. Y la coherencia es la clave de la nueva evangelización. Así lo señaló el Sínodo, insistiendo que cada cultura puede ser evangelizada, porque la caridad -practicada por los santos- todos la entienden. Especialmente en estos tiempos, dicen los obispos, en que se difunde una mentalidad que desprecia la religión, la considera un obstáculo al desarrollo y empuja al hombre a la indiferencia y al ateísmo, que alimentan también las discordias internas dentro de la Iglesia, que a veces ofrecen un pésimo ejemplo.
Para la nueva evangelización se necesitan, pues, nuevos evangelizadores - sostienen los obispos - que tengan una fe firme, practiquen el arte de la oración, sean apasionados del Señor, para afrontar los desafíos más urgentes del mundo actual: como las amenazas a la paz o el desprecio de los derechos humanos, incluido el derecho a la vida. El Sínodo puso de relieve que se debe ser “un cristiano por convicción y no por tradición”, ofreciendo una generosa fe en Cristo y partiendo de la conversión personal.
Para lograr esto, los Padres sinodales recordaron la importancia del apostolado bíblico: las homilías y las catequesis, que han de ser más convincentes, más atractivas y hablar directamente al corazón del hombre, sediento de la Palabra de Dios y en búsqueda del verdadero sentido de su vida.
En la misma línea, los padres sinodales invitaron a fortalecer las parroquias y prestar más atención al lenguaje que se utiliza para evangelizar: si es demasiado complicado, de hecho terminará por alejar a los jóvenes. Se insistió asimismo en la necesidad también de una formación espiritual para los agentes de medios de comunicación católicos, especialmente en un momento en que los medios de comunicación, en general, intentan desacreditar y debilitar a la Iglesia. La idea, es la de hacer un "trabajo en equipo" entre laicos y sacerdotes para anunciar a Cristo al mundo.
En el Sínodo se habló de nuevo sobre la cuestión de la familia, que hoy se encuentra sola frente a los mil problemas sociales. En cambio, tendría que ser acompaña antes y después del matrimonio, y en aquellos Estados en los que la Constitución reconoce varios tipos de uniones, la Iglesia tiene el derecho a decir “no”.
Por último, la Asamblea de los Obispos llamó a las Iglesias orientales: “iglesias calificadas de la nueva evangelización”, puestas a dura prueba por las persecuciones, el éxodo de los cristianos y en el ejercicio de la libertad religiosa. Su martirio se vuelve indispensable en toda obra evangelizadora.
(ER –RV)