CRISTO ES EL FIRMAMENTO QUE ORIENTA EL CAMINAR DE LA HUMANIDAD

Ciudad del Vaticano, 18 de noviembre 2012 (VIS).-Como es habitual los domingos, el Santo Padre se asomó a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y comentar el evangelio de la liturgia dominical que, en esta ocasión, trata de las palabras de Jesús sobre los últimos tiempos y que se considera, uno de los textos más difíciles de los Evangelios.

“Esta dificultad -ha explicado el Papa- deriva, tanto del contenido como del lenguaje: se habla de un futuro que supera nuestras categorías, y por esto Jesús utiliza imágenes y palabras tomadas del Antiguo Testamento, pero, sobre todo, inserta un nuevo centro, que es Él mismo, el misterio de su persona y de su muerte y resurrección (...) Jesús une el presente con el futuro; las antiguas palabras de los profetas han encontrado, finalmente, un centro en la persona del Mesías nazareno: Él es el verdadero acontecimiento que, en medio de las zozobras del mundo, es el punto firme y estable”.

“Sabemos -ha proseguido- que en la Biblia la Palabra de Dios está en el origen de la creación: todas las criaturas, a partir de los elementos cósmicos – sol, luna, firmamento – obedecen a su Palabra, existen en cuanto “llamados” por ella. Esa potencia creadora de la Palabra divina se ha concentrado en Jesucristo, Verbo hecho carne, y pasa también a través de sus palabras humanas, que son el verdadero “firmamento” que orienta el pensamiento y el camino del hombre en la tierra. Por eso, Jesús no describe el fin del mundo, y cuando usa imágenes apocalípticas, no se comporta como un “vidente”. Al contrario, quiere sustraer a sus discípulos de toda época de la curiosidad por las fechas, las previsiones, y darles, en cambio, una clave de lectura profunda y esencial y, sobre todo, indicar la vía justa sobre la cual caminar, hoy y mañana, para entrar en la vida eterna. Todo pasa – nos recuerda el Señor –, pero la Palabra de Dios no cambia, y frente a ella cada uno de nosotros es responsable de su comportamiento. En base a esto seremos juzgados”.

“Tampoco en nuestros tiempos faltan calamidades naturales, y desgraciadamente, también guerras y violencias. Seguimos necesitando tenemos un fundamento estable para nuestra vida y nuestra esperanza, tanto más a causa del relativismo en el que estamos inmersos. ¡Que la Virgen María nos ayude a acoger este centro en la Persona de Cristo y en su Palabra!”, ha concluido el pontífice.

En los saludos en diversos idiomas después del Ángelus, el Papa ha recordado que ayer, 17 de noviembre, en Pergamino (Argentina) fue proclamada beata María Crescencia Pérez, religiosa de la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto (1897-1932), conocida como “Sor Dulzura”. “Fue un modelo de dulzura evangélica animada por la fe. Demos gracias a Dios por su testimonio”, ha subrayado Benedicto XVI.