Lecturas del Sábado, segunda semana de adviento, ciclo C

Pastoral: 
Litúrgica
Date: 
Sáb, 2012-12-15

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro del Eclesiástico 48,1-4.9-11:

Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives.

Sal 79,2ac.3b.15-16.18-19 R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa. R/.

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,10-13:

Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?»
Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.»
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.

II. Compartimos la Palabra

Un profeta como fuego

Estaba escrito que el profeta Elías volvería al final de la historia para preparar al pueblo de Israel antes de la venida del Mesías. Y le esperaban y le buscaban porque sabían que solo un profeta que tiene metido en su corazón a Dios y le es fiel, es capaz de proclamar la Verdad y alzarse contra las injusticias; solo un profeta con esa fuerza sería capaz de contagiar y predisponer a los hombres para que aceptaran la venida del Mesías.

Abrir el corazón para descubrir al Mesías

Jesús hace una nueva lectura de la tradición, no es a Elías a quien debían esperar, sino a lo que significaba Elías, a su misión; por eso no han sido capaces de reconocer en Juan el precursor que anuncia su llegada y por tanto tampoco serán capaces de reconocer en El al Mesías.

Cuando nos encerramos en leyes, tradiciones y expectativas, sobre lo que deben ser los signos que hablan del Reino de Dios, no somos capaces de reconocer a los testigos que nos hablan de ello. Porque Elías, Juan y todos aquellos que viven con coherencia su fe cristiana, todos los que nos demuestran que es posible vivir hoy según las bienaventuranzas, son fuego y luz que anuncian que la profecía esta cumplida.

Mirar con fe y esperanza el momento que vivimos, nos lleva a desinstalarnos de esa reticente búsqueda de situaciones y acontecimientos, que solo nos sirven para encajar nuestras expectativas sobre como deben ser los nuevos profetas y su mensaje.

Solo así podremos descubrir que el Reino de Dios está ya inaugurado y que hoy somos nosotros los mensajeros que deben llevar esta Buena Noticia. Vivir este mensaje desde el corazón nos llevará a que nuestra espera sea mucho más activa, a materializarlo en nuestra vida concreta, a hablar de salvación y sentirnos salvados, a ser capaces de reconocer a Jesús en nuestras vidas y en las vidas de los que nos rodean.

Dña. Marisa Llaguno, O.P.
Fraternidad Nuestra Señora de Atocha