Mensaje de Año Nuevo: Unidos en la Fe Fortalecemos la Paz

Escrito por Mons. Rogelio Cabrera López

“Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá”. Lc 10, 6

Con la gracia de Dios, estamos por iniciar un nuevo año, y junto a él, se nos presenta la oportunidad de renovar los deseos de paz y armonía en la convivencia cotidiana.

Como cristianos, debemos esforzarnos por hacer que los buenos deseos que rodean el inicio del 2013, se conviertan en verdaderos compromisos de paz, fundándolos principalmente en la búsqueda sincera de Dios, ya que al estar en comunión con el Creador, por medio de la oración, de la vivencia de los sacramentos y la práctica cotidiana de las obras de misericordia, valoraremos lo importante que es llevar a nuestra vida diaria, en el trabajo, en la escuela, en cualquier lugar en donde andemos, la fe que profesamos.

Al vivir sinceramente este compromiso, abriremos la puerta a un raudal de bendiciones, de manera especial a la gracia de amar y de aprender a perdonar de corazón a quien ha obrado mal.

En la vida de oración, tomaremos la fuerza necesaria para superar las divisiones, los odios y resentimientos que tanto dañan la salud física y espiritual del ser humano, y lograr así la paz y la unión que tanto anhelamos en nuestros días. Sólo cuando oramos con apertura a la gracia de Dios podremos obtener la generosidad de corazón para recibir la paz de Dios como un regalo y compartirla con nuestro prójimo.

Hermanas y hermanos, Dios nos invita a que abramos la puerta de la fe de nuestro corazón para que nos impregnemos de los mismos sentimientos de Cristo, su Hijo, de la bondad infinita de su corazón misericordioso, en la confianza de que el futuro será distinto, lleno de esperanza y amor.

El Papa Benedicto XVI, en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz nos dice: “La paz concierne a la persona humana en su integridad e implica la participación de todo el hombre. Se trata de paz con Dios viviendo según su voluntad. Paz interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación”.

Para recibir la paz hay que confiar, hay que saber esperar en Dios. Les invito a que juntos ofrezcamos también nuestros pequeños sacrificios por la unidad de todas las naciones, para que Dios conceda a la humanidad el don de la paz.

Les deseo de todo corazón que el año 2013 esté lleno bendiciones en su familia, en su trabajo, en los estudios de los niños y de los jóvenes, y que juntos, en la vivencia de nuestra fe, fortalezcamos la paz.

¡Feliz año 2013!

+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Noticia: 
Nacional