La fe es un don precioso que hay que alimentar en los propios hijos
Autor: Benedicto XVI | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it
Los padres no son los amigos o los dueños de la vida de sus hijos, sino los custodios de este don incomparable de Dios. Lo indicó el Papa durante el Ángelus, al recordar a la familia de Jesús. Benedicto XVI invitó a que el amor, la fidelidad y la dedición de María y José sirvan de ejemplo para todos los esposos cristianos. En la familia de Jesús, añadió, hay un misterio lleno de fe y de humanidad, al que podemos entrar siguiendo el ejemplo de María y José.
La preocupación de María y José por Jesús -explicó Benedicto XVI- es la misma de cada padre que educa a un hijo, lo introduce a la vida y a la comprensión de la realidad. Después de haber invitado a una necesaria y especial oración al Señor por todas las familias del mundo, el Pontífice expresó su deseo de que los padres se preocupen seriamente por el crecimiento y la educación de los propios hijos, para que maduren como hombres responsables y ciudadanos honestos, sin jamás olvidar que la fe es un don precioso que hay que alimentar en los propios hijos también con el ejemplo personal.
Al mismo tiempo -prosiguió-, oremos para que cada niño sea acogido como don de Dios, sea sostenido por el amor del padre y de la madre, para poder crecer como el Señor Jesús «en sabiduría, edad y gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52).
El silencio de José -concluyó el Papa-, hombre justo (cfr Mt 1,19), y el ejemplo de María, que guardaba todo en su corazón (cfr Lc 2,51), nos hagan entrar en el misterio lleno de fe y de humanidad de la Santa Familia. Deseo a todas las familias cristianas vivir en presencia de Dios con el mismo amor y con el mismo gozo de la familia de Jesús, María y José.