MUY POCO es lo que sabemos de San Valentín, a pesar de que el "Acta Sanctorum" ha publicado una larga biografía medieval que carece absolutamente de valor histórico. En su "Vida de San Severino", Eugipio nos informa que Valentín fue primeramente abad, y más tarde, obispo misionero en Recia. El mismo autor afirma que un discípulo de Valentín, que después lo fue de San Severino, acostumbraba celebrar la misa del 7 de enero en honor de su antiguo padre en Cristo. Venancio Fortunato narra que, en un viaje por el Tirol, encontró numerosas iglesias dedicadas a San Valentín. Arbeo d e Fresinga afirma que San Valentín fue primero enterrado en la ciudad de Mais, en el Tirol, pero que sus restos fueron trasladados en el año 750 a Trento, y en 768 a Passau. Todos estos testimonios tienen en su favor la antigüedad, pero carecemos de otras pruebas fidedignas. En época muy posterior, surgió la leyenda de que, al trasladar las reliquias del santo a un santuario más importante de Passau, se encontró una tableta de plomo en la que se hallaba grabada toda la biografía del santo. Su biógrafo nos dice que aprovechó ese documento, pero el estudio crítico revela que se trata indudablemente de una invención.
Butler Alban - Vida de los Santos