Cacería de brujas

En el colegio, aunque se trate de un recreo corto, los niños se las arreglan para divertirse con un balón. Me gusta verlos dominar la pelota en el juego de los cuadritos. Cada muchacho ocupa un cuadro y el objetivo consiste en derrocar al primero, porque si cae, todos avanzan. Este juego en el que todos se unen para derrocar al número uno me parece un reflejo de lo que sucede en el mundo. Cuántos sujetos cometen acoso sexual, pero a Dominique Strauss-Kahn, ex director del FMI, su aventura con la empleada del hotel le costó su carrera política y una indemnización de 1.5 millones de dólares. Las infidelidades matrimoniales se cocinan por doquier, pero para Tiger Woods, su affair en el culmen de su carrera deportiva le costó más de cien millones de dólares. Los que atacan no creo que les quite el sueño la defensa de la moral, el juego consiste en fulminar al líder social, político, económico, religioso o artístico. Con cuánta indignación arremetieron contra Lance Armstrong los que seguramente defienden el consumo de las drogas y serán tan mentirosos como el recién decapitado. Todo el que esté en la picota del liderazgo, que se cuide, porque su cabeza está en peligro. No justifico el mal, lo que acuso es la farsa en la cual se disfraza la maldad y la envidia.

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