Epifania del Señor

CATEQUESIS SOBRE LA SALVACIÓN UNIVERSAL DE JESUCRISTO
(EPIFANÍA DEL SEÑOR EN Mt.2, 1-12).

Esta manifestación –epifanía de salvación a toda la humanidad, junto con el inicio de esta salvación histórica en el Bautismo de Jesús, y su realización en sus discípulos y personas cercanas a Él, en las bodas de Caná, eran las fiestas más antiguas y mejor celebradas por la primera comunidad cristiana.

Cristo desde niño, empezó a ofrecer la reconciliación y la salvación de Dios Padre a sus contemporáneos, pero en la actitud de Herodes y en la condescendencia de los sumos sacerdotes y los escribas del pueblo, no aceptaron la oferta maravillosa de Jesucristo, porque Herodes representa el símbolo de la falsa adoración y busca abiertamente dañarlo (San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios 10,3); en cambio los magos, término persa que designa a las autoridades religiosas paganas, herederos del profeta Balaam, que significa adivino (Num. 24,17), recibieron con mucha fe, el don del Señor para descubrir la presencia del Hijo de Dios, en la aparición de una estrella (Cromanzio de Aquileia, comentario al Evangelio de Mateo 4, 1-2). Estrella, elemento silencioso, que preanunció a Jesucristo Niño, antes de que él pudiera hablar; más tarde los apóstoles anunciaron a Jesucristo por medio de la palabra, cuando Él ya no estaba presente entre ellos, para difundir su Palabra (San Gregorio Magno, Homilía sobre los Evangelios 10,3). Aceptando jubilosamente su salvación; hecha realidad en el encuentro personal con Jesucristo.

Después de que los magos comprendieron que aquel Niño, era el Rey buscado afanosamente por ellos, le ofrecieron oro, incienso y mirra. El oro simboliza la Sabiduría Divina, el incienso expresa la virtud de la Oración, la mirra la mortificación de la carne que preanuncia su futura pasión (San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios 10,6). El encuentro con Jesús Niño, transforma profundamente a los magos, pues no regresaron a Herodes, sino que escogieron el camino del Señor.

De nuevo hoy Cristo, nos ofrece sus inmensos beneficios, capaces de transformarnos y de guiarnos por el camino de la vida. Con mucha fe acerquémonos a Él, y experimentaremos su benéfica influencia en nosotros, en nuestras familias, en nuestra comunidad. Pero a ejemplo de los magos tomemos, en nuestra existencia, el camino que Cristo quiere recorrer junto con nosotros, camino de verdad, de justicia, de servicio a los demás y de vida.

† Felipe Padilla Cardona.