San Miguel de Sanctis

Date: 
Sábado, Abril 10, 2021

MIGUEL nació en Vich, en Cataluña, en 1589 o 1591. A los 6 años de edad, anunció que un día sería monje. Como su madre relatase la vida de Francisco de Asís, el niño se dedicó a imitar al santo en una forma exagerada. Naturalmente, sus padres calmaron un poco su fervor, pero el niño no perdió por ello su devoción a San Francisco. A la muerte de sus padres, Miguel quedó bajo la tutela de un tío suyo, quien le puso al servicio de un mercader. Miguel cumplía perfectamente con sus obligaciones, pero reservaba todo su tiempo libre para sus devociones. Siempre que podía, asistía al oficio divino y rezaba diariamente el oficio parvo de Nuestra Señora. El comerciante con el que trabajaba, muy edificado, ponía a Miguel como ejemplo a su propia familia y no se opuso a que el joven ingresase en el convento de los Trinitarios de Barcelona. Miguel hizo su profesión religiosa en el monasterio de San Lamberto, en Zaragoza, en 1607.

Por aquella época, muchos de los trinitarios de España habían abrazado la reforma trinitaria del Beato Juan Bautista de la Concepción. Dichos religiosos demostraban su deseo de mayor austeridad con el uso de sandalias en vez de zapatos. Uno de esos frailes fue a recibir las sagradas órdenes en el convento de San Lamberto y su ejemplo movió a Miguel a seguirle en esa vida de peni- tencia. Sus superiores le concedieron el permiso necesario. Miguel entró, pues, en el noviciado de Madrid y algún tiempo después, renovó sus votos en Alcalá. Hizo sus estudios en Sevilla y Salamanca, donde recibió la ordenación sacerdotal. Dos veces fue elegido superior del convento de Valladolid, por su virtud y prudencia. Sus religiosos le querían como a un padre y le veneraban como a un santo. Miguel se distinguió por su devoción al Santísimo Sacramento. Varias veces fue arrebatado en éxtasis durante la misa. Dios obró por su medio muchos milagros, tanto durante su vida, como después de su muerte, ocurrida el 10 de abril de 1625, cuando el santo no tenía sino treinta y seis años. La canonización se llevó a cabo en 1862. El Martirologio Romano dice que San Miguel de Sanctis "se distinguió por su inocencia de vida, su maravillosa penitencia y su amor a Dios."

Butler Alban - Vida de los Santos