2013-04-09 Radio Vaticana
(RV).- Para un cristiano, el "progreso" significa "abajarse" en el camino de la humildad para que resalte el amor de Dios. Sobre este pensamiento, definido como la "regla de oro", el Papa Francisco centró su breve homilía matinal en la Misa que ayer celebró en la capilla de la "Casa de Santa Marta".
Un camino que cuanto más sube más disminuye. Es el camino de la humildad cristiana, que se eleva a Dios, tanto como los testigos saben dar cabida a su caridad. Le sugirió esta reflexión al Papa la fiesta litúrgica de este lunes: la Anunciación. El camino que María y José recorren hasta Belén, para cumplir con la orden imperial del censo, es -dijo el Santo Padre- un camino de humildad.
Es humilde María, que "no entiende bien", pero "deja su alma a la voluntad de Dios." Es humilde José, que "se baja" para llevar sobre sí la "gran responsabilidad" de su esposa a la espera del hijo. "Así es -señaló el Papa Francisco - todo el amor de Dios, para llegar a nosotros, tomar el camino de la humildad." Esto es lo que ha preferido para expresar su amor a los hombres, al contrario de los "ídolos fuertes" que se hacen notar y dicen:" yo soy el que manda aquí”. "En su lugar, -observó el Pontífice- nuestro Dios
-que no es un Dios falso", "un Dios de madera, hecho por los hombres"- "prefiere ir por el camino de la humildad".
Que es la misma humildad seguida por Jesús, un camino que se baja hasta la cruz. Para un cristiano, "es ésta la regla de oro": "el progreso es avanzar y a la vez abajarse." "No se puede seguir otro camino. Si no me disminuyo -insistió- si tú no se disminuyes no eres cristiano.
Sin embargo, "ser humilde no significa ir por el camino" con "los ojos bajos". No fue ésta, la humildad de Jesús, o de su madre o de José. Tomar el camino de la humildad, dijo el Papa "es hacer que toda la caridad de Dios esté en este camino, que es el única que Él eligió: no eligió otra".
Incluso el "triunfo de la Resurrección", señaló Francisco, sigue esta ruta, "el triunfo del cristiano" toma el camino de abajarse". Pedimos “la gracia de la humildad, pero de esta humildad, que es el camino por el que sin duda pasa la caridad", porque "si no hay humildad, el amor queda paralizado, no va ".
La liturgia contó con la presencia, entre otros, de algunas religiosas de las Hermanas de la Caridad, que renovaron sus votos, personal del Centro Televisivo Vaticano, nuestros colegas del programa brasileño.
(ER RV)