Santa Franca de Piacenza

Date: 
Lunes, Abril 26, 2021

FRANCA VISALTA tenía apenas siete años cuando entró a educarse en el convento benedictino de San Siró de Piacenza. A los catorce años hizo su profesión religiosa. Aunque era tan joven, aventajaba a todas las religiosas en obediencia, devoción y olvido de sí misma. A la muerte de la abadesa, fue elegida para sucedería. Todo iba viento en popa al principio. Pero la joven y celosa abadesa empezó a tirar las riendas de la disciplina, prohibiendo algunas innovaciones contrarias a la pobreza, como la de cocer las legumbres en vino. La oposición que se produjo logró deponer del cargo a Franca y nombró en su lugar a la hermana del obispo, que no compartía su espíritu de reforma. Franca tuvo que sufrir, durante años, calumnias, falsos testimonios y graves pruebas interiores. Su único consuelo humano era la frecuente visita de una joven llamada Carencia. Por consejo de Franca, Carencia hizo un año de noviciado en el convento cisterciense de Rapallo y después, persuadió a sus padres para que construyesen una nueva casa de la orden en Montelana. Carencia se trasladó a ella y consiguió que Santa Franca fuese nombrada abadesa de la nueva fundación. La comunidad se trasladó, más tarde, a Pittoli. Aunque reinaba en el convento la austeridad y pobreza de la regla cisterciense, la abadesa no estaba todavía satisfecha.

Noches enteras pasaba en la capilla entregada a la oración el tiempo que sus hijas consagraban al descanso. Al ver que se debilitaba en forma alarmante la salud de la abadesa, las religiosas ordenaron al sacristán que guardase la llave de la capilla; pero ello no bastó para impedir que la fervorosa superiora continuase sus vigilias. Santa Franca murió en 1218. El Papa Gregorio X, que era pariente de Carencia, sancionó el culto de la santa en Piacenza.

Alban Butler - Vida de los Santos