PRÁCTICAMENTE todos los martirologios occidentales posteriores al siglo V mencionan a los santos Gordiano y Epímaco. El Martirologio Romano los conmemora el día de hoy. Se dice que Epímaco fue arrojado en un horno para cocer ladrillo, en Alejandría, el año 250, junto con otro mártir llamado Alejandro, tras de haber sufrido crueles torturas por la fe. El cuerpo de San Epímaco fue después trasladado a Roma. San Gordiano fue decapitado en Roma y sus restos fueron depositados en la tumba de San Epímaco. Santa Hildegarda, la esposa de Carlomagno, regaló la mayor parte de las reliquias de estos dos santos a la abadía de Kempten, en Baviera, que ella había restaurado. Las "actas" de estos mártires son espurias.
No se puede dudar de la existencia histórica y del culto de San Gordiano y San Epímaco. Todavía se conserva el epitafio de San Gordiano escrito por el Papa San Dámaso. El Pontífice dice que San Gordiano era adolescente, en tanto que las "actas" afirman que fue ministro ("vicarius") del emperador
Juliano.
Alban Butler - Vida de los Santos