ISAÍAS, que era originario de Kiev, fue un monje de la abadía de las Cuevas cuando todavía vivían los fundadores del monasterio, San Antonio y San Teodosio. Por su ejemplar piedad y sus excepcionales cualidades, San Isaías fue elegido abad del monasterio de San Demetrio en la misma ciudad, en 1602. Quince años después, fue elegido obispo de Rostov, donde consagró todas sus energías a la evangelización de los paganos, según el ejemplo de su predecesor San Leontino. Bautizó a numerosos neófitos e instruyó y confirmó en la fe a los que ya eran cristianos. Dios ilustró la predicación del santo con muchos milagros. San Isaías practicó incansablemente toda clase de obras de misericordia, corporales y espirituales, en su eparquía. Desde el instante de su muerte, ocurrida el año 1090, el pueblo empezó a venerarle como santo. Setenta años después, se construyó un santuario para sus restos en la catedral de Rostov.
Alban Butler - Vida de los Santos