de Eugenio Andrés Lira Rugarcia
Obispo Auxiliar de Puebla y Secretario General de la CEM
Hoy, convocados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de regular las telecomunicaciones, a nivel internacional, celebramos como cada año, desde 1969, el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, conmemorando el aniversario de la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional y el establecimiento de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Por eso, me parece oportuno recordar lo que el Papa nos ha dicho en su Mensaje para la 47 Jornada Mundial de las comunicaciones sociales, en el que aborda uno de los modos en el que las personas se comunican hoy entre sí: las redes sociales digitales, “una plaza pública y abierta en la que las personas comparten ideas, informaciones, opiniones, y donde, además, nacen nuevas relaciones y formas de comunidad”.
El Papa comenta que cuando se utilizan bien y de manera equilibrada, estos espacios favorecen formas de diálogo que pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y promover la armonía de la familia humana. Sin embargo, advierte también que la voz discreta de la razón puede verse “sofocada por el ruido de tanta información”.
Por eso, afirma que “los medios de comunicación social necesitan, por tanto, del compromiso de todos aquellos que son conscientes del valor del diálogo, del debate razonado, de la argumentación lógica; de personas que tratan de cultivar formas de discurso y de expresión que apelan a las más nobles aspiraciones de quien está implicado en el proceso comunicativo.
“Las redes sociales deben afrontar el desafío de ser verdaderamente inclusivas: de este modo, se beneficiarán de la plena participación de los creyentes que desean compartir el Mensaje de Jesús y los valores de la dignidad humana que promueven sus enseñanzas”.
“…Este compartir consiste no solo en la expresión explícita de la fe, sino también en el testimonio, es decir, en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Una forma especialmente significativa de dar testimonio es la voluntad de donarse a los demás mediante la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana”.
“…Confiemos en que los deseos fundamentales del hombre de amar y ser amado, de encontrar significado y verdad que Dios mismo ha colocado en el corazón del ser humano hagan que los hombres y mujeres de nuestro tiempo estén siempre abiertos a lo que el beato cardenal Newman llamaba la «luz amable» de la fe.
Las redes sociales, además de instrumento de evangelización, pueden ser un factor de desarrollo humano… Existen redes sociales que, en el ambiente digital, ofrecen al hombre de hoy ocasiones para orar, meditar y compartir la Palabra de Dios... estas redes pueden… abrir las puertas a otras dimensiones de la fe… la experiencia de comunidad”.
Finalmente, el Papa reza para que el Espíritu de Dios nos acompañe y nos ilumine siempre, para que podamos ser mensajeros y testigos de Jesús, que nos ha dicho: “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16,15).