Parte VI, Buena Noticia

PARTE II

Propuestas que iluminarán el marco teológico – doctrinal de nuestro plan de pastoral

(Se presentará a los decanantos, a las parroquias, al seminario, a los movimientos apostólicos y a las instancias diocesanas. Y ahí podrá ser modificado, enriquecido o cambiado desde las bases)

Al contemplar la realidad con ojos de fe, nos dimos cuenta que no podemos anunciar el Evangelio como Buena Noticia, sin tener en cuenta esta grave situación en la que viven nuestros pueblos, especialmente las cuatro etnias que conviven con nosotros, a los que nuestra Iglesia diocesana quiere eficientemente servir. Desde esta perspectiva, El Señor Jesús es quien orienta nuestra vida, nuestra misión, nuestro discipulado, hasta darle un sentido de plenitud eterna, y nos invita a saber leer los “signos de los tiempos” (Mt. 16 1-4; Lc. 12 54-56): leer detenidamente esta Palabra de Dios. Con esta convicción, el Concilio Vaticano II, nos dice que “es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del evangelio” (GS. 4)… “reconocer y emplear suficientemente en el trabajo pastoral no sólo los principios teológicos, sino también los descubrimientos de las ciencias profanas, sobre todo en psicología y en sociología, llevando así a los fieles a una más pura y madura vida de fe”(Idem. 62).

2.1.- Dios en la historia de la salvación: la comunidad trinitaria

2.1.1.- Dios Padre y su proyecto de salvación

Toda pastoral tiene que crear un hombre nuevo: crear una vida más digna, liberar al ser humano de toda atadura y limitación, haciendo alianza de vida presente y futura, motivada permanentemente por las entrañas de misericordia y con una fidelidad firme a carta cabal, tal como lo constatamos en el proyecto salvífico de Dios.

  1. Dios creador de nueva vida
  2. Dios de la promesa y de la alianza eterna
  3. Dios liberador
  4. Dios de la misericordia y de la fidelidad sin límites

2.1.2.- Jesús realiza en la historia el proyecto de salud integral de su Padre

Jesús es el Hijo de Dios, que vino al mundo haciéndose semejante a nosotros para salvarnos. En Él se cumplen las promesas de Dios hechas a su pueblo y es la manifestación encarnada de su proyecto salvífico (Cfr. Gál. 4, 4-5). Con la presencia del Señor Jesús, Dios mismo se hace presente en nuestra historia para ser nuestro hermano, según su plan de salvación. Este plan, está expresado fielmente en el profeta Isaías: “El Espíritu del Señor (está) sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la liberación a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (Lc. 4, 18-19; Cfr. Is. 61, 1-3).

Por lo anterior, aceptamos y reconocemos que en Jesucristo el acontecimiento de la salvación llega a su plenitud y está inscrito en nuestra historia, según el testimonio de la Palabra de Dios, en medio de nosotros. Desde ahí, desde esta experiencia, hemos de presentar al Señor Jesús, como alguien que da sentido y orienta hacia Dios a todos aquellos que quieren conocerlo, amarlo y seguirlo.

1.- Mensaje y práctica del Señor Jesús en la construcción del reino

2.- Jesús comunica vida, y vida en abundancia, y nos envía a participarla como discípulos - misioneros

2.1.3.- La acción del Espíritu Santo en la misión de Jesús y de la Iglesia Diocesana

La presencia del Espíritu Santo recorre toda la historia salvífica de Dios para con su pueblo. Él está presente en diversas formas desde el principio: “un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas”(Gen. 1,2) y concluye diciendo que este Espíritu sigue presente como “agua de vida” para todo el que quiera recibirlo (Cfr. Ap. 22, 17).
El Espíritu Santo surge como la fuerza de lo nuevo. Está al principio de la creación; en toda la misión del Señor Jesús; y en el comienzo de la comunidad eclesial en Pentecostés.

  1. El Espíritu Santo en la pastoral profética
  2. El Espíritu Santo en la pastoral litúrgica
  3. El Espíritu Santo en la pastoral de la caridad

2.2.- El ser y la misión de nuestra Iglesia

  1. La dignidad humana, el hombre integral centro de toda acción pastoral de la Iglesia
  2. Iglesia al servicio de la evangelización: evangelizada y evangelizadora
  3. Iglesia al servicio del reino
  4. Iglesia pueblo de Dios
  5. Iglesia comunión
  6. Iglesia pobre para los pobres
  7. Iglesia en continua conversión
  8. Iglesia que perdona
  9. Iglesia que testimonia a Jesucristo
  10. Iglesia llamada a la santidad
  11. Iglesia discípula y misionera de Jesucristo
  12. Iglesia que celebra la vida

2.3.- María madre y modelo de la Iglesia