A SANTA AGRIPINA, virgen y mártir, se la venera extraordinariamente en Sicilia y también, aunque en menor grado, en Grecia. Nada se sabe en concreto sobre su verdadera historia; las "actas" que figuran en las "Menaia" griegas son enteramente indignas de confianza y no hay pruebas sobre su culto en fechas remotas. Se tiene entendido que fue una doncella de noble cuna, a quien, por causa de su fe, se mandó cortar la cabeza, o bien fue azotada hasta morir, durante el reinado de Valeriano o en la persecución de Diocleciano. Después del martirio, tres mujeres cristianas, Bassa, Paula y Agatónice, recogieron el cuerpo de la doncella y lo llevaron hasta Mineo, en Sicilia, para sepultarlo ahí. Parece que en su tumba se obraron muchos milagros, incluso curaciones de males sin remedio y de personas endemoniadas. Los griegos aseguran que las reliquias de la santa fueron trasladadas de Sicilia a Constantinopla, supuestamente para evitar la profanación por parte de los infieles. Se invoca a Santa Agripina contra los espíritus malignos, la lepra y las tempestades violentas.
Alban Butler - Vida de los Santos