Santos Ireneo y Mustiola

Date: 
Sábado, Julio 3, 2021

SAN IRENEO, que era diácono según se dice, sepultó el cadáver de San Félix, sacerdote de la iglesia de Sutri, quien había sido martirizado por la fe. El suceso llegó a oídos del prefecto Turcio, quien estaba encargado de la ejecución de las leyes en aquel distrito, y ordenó que se arrestase a Ireneo. Con las manos atadas y los pies desnudos, el santo tuvo que correr delante del carro de Turcio desde Sutri hasta Chiusi. Una noble dama llamada Mustióla asistió en la prisión a Ireneo y sus compañeros. El prefecto la citó por ello a juicio; pero, al ver la belleza de Mustióla, olvidó su deber y empezó a cortejarla. Para vengarse del desprecio con que la dama acogió sus atenciones, Turcio decidió atormentar a Ireneo y sus compañeros. Así pues, en presencia de Mustióla, sometió a Ireneo a la tortura del potro; como el mártir se mostrase inconmovible en la fe, el tirano ordenó que le desgarrasen con garfios de acero y le quemasen con hierros ardientes hasta que muriese. Mustióla clamó valientemente contra la ferocidad de Turcio y le amenazó con la cólera divina. Esto enfureció al tirano, quien dio la orden de matarla a palos. Según la leyenda, el martirio tuvo lugar en la época de Aureliano. Mustióla fue sepultada en una catacumba de Chiusi. Tanto en dicha ciudad como en Pésaro se la venera como virgen y mártir; pero el Martirologio Romano afirma que era casada.

Alban Butler - Vida de los Santos