2013-07-21 Radio Vaticana
RV.- A dos aspectos inseparables de la vida cristiana, vividos en profunda unidad y armonía se refirió el Papa en el ángelus: la escucha de la palabra del Señor, la contemplación y el servicio concreto al prójimo.
El Obispo de Roma rezó la oración mariana a las 12 del caluroso mediodía del verano romano, con peregrinos del mundo reunidos en la plaza de san Pedro, este domingo 21 de julio y décimo sexto del tiempo ordinario de la liturgia, en el que se lee el evangelio que relata el paso de Jesús por la casa de las hermanas de Lázaro, Marta y María, en Betania.
Entre las dos ofrecen hospitalidad al Señor que está de paso, pero lo hacen de modo diverso, afirmó el Papa. María se pone a los pies de Jesús, en escucha, Marta en cambio se deja absorber por los quehaceres y está tan ocupada que la dice a Jesús: ¿no te importa que María me haya dejado sola para servir? Jesús la reprende con dulzura diciéndole: “te preocupas por muchas cosas pero una sola es necesaria”.
¿Que quiere decir Jesús? ¿Cuál es esta cosa sola de la que tenemos necesidad? Se preguntó Francisco y explicó que no se trata de la contraposición entre dos actitudes: la escucha de la palabra del Señor, la contemplación y el servicio concreto al prójimo, son dos aspectos esenciales de la vida cristiana, inseparables, que son vividos en profunda unidad y armonía.
¿Por qué entonces María recibe este llamado de atención? volvió a preguntarse: “Porque considera esencial solamente aquello que ella estaba haciendo. Era demasiado absorbida y preocupada por las cosas por “hacer”.
El Sucesor de Pedro insistió después que “para un cristiano las obras de servicio y de caridad no van separadas jamás de la fuente principal de nuestras acciones: la escucha de la Palabra del Señor, el estar –como María- a los pies de Jesús, en actitud de discípulo.” Afirmo que “una oración que no lleva a la acción concreta hacia el hermano pobre, enfermo, necesitado de ayuda, en dificultad, es una oración estéril e incompleta”. Pero del mismo modo –explicó que cuando en el servicio eclesial se esta atento solo al hacer y nos olvidamos de la centralidad de Cristo, se corre el riesgo de servirnos a nosotros mismos y no a Dios presente en el hermano necesitado.
Después de la oración del ángelus el Vicario de Cristo pidió que se lo acompañe espiritualmente con la oración en su primer viaje apostólico a Río de Janeiro, para la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.
Jesuita Guillermo Ortiz-RV